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Abi, Sabatini: "El uso de efectivo en Italia está vinculado al trabajo no declarado"

El director general de la asociación bancaria italiana recordó, en una audiencia ante la comisión parlamentaria para el registro fiscal, que debemos fomentar el uso de instrumentos de pago electrónicos porque todavía estamos lejos del promedio de la UE: 68 transacciones per cápita por año año contra 128 en Europa.

Abi, Sabatini: "El uso de efectivo en Italia está vinculado al trabajo no declarado"

A pesar de las limitaciones en el uso de pagos en efectivo, Italia sigue estando significativamente por detrás de la media de la zona del euro en términos de transacciones con instrumentos de pago electrónicos. Y según el Abi, la Asociación Bancaria Italiana, el uso del efectivo encuentra una razón en el anonimato, tras el cual se pueden ocultar los fenómenos de la economía sumergida. Así lo reveló el director general de ABI, Giovanni Sabatini, durante una audiencia ante la comisión parlamentaria para el registro fiscal. 

Por un lado, los datos publicados por el Banco de Italia en su último Informe Anual ponen de manifiesto una tendencia global creciente en el uso de instrumentos de pago minoristas distintos del efectivo, recordó Sabatini: de hecho, el número de pagos realizados con instrumentos bancarios y postales aumentó un 3,9 % en 2011 (frente al 1,4 % en 2010). Entre los instrumentos alternativos al efectivo, predomina el uso de tarjetas de pago, cuyo peso relativo sobre el total de pagos, en 2011, fue del 41 por ciento, en línea con la media de la UE.   

Sin embargo, Italia se mantiene en una posición aún muy por detrás de la media de la zona del euro en términos de transacciones con instrumentos de pago electrónico: en Italia se realizan una media de 68 transacciones per cápita al año con estos instrumentos frente a una media de la zona del euro que se sitúa en 182. “El elevado uso del efectivo en nuestro país encuentra su razón principal en la garantía del anonimato y, por tanto, en variables vinculadas a la economía sumergida”señaló Sabatini. A ello se suman sin duda factores de carácter cultural ligados al desconocimiento y desconfianza de parte de la población hacia los instrumentos de pago electrónicos.   

El director general de ABI ha querido llamar la atención sobre el hecho de que el sistema italiano de lucha contra la circulación de dinero en efectivo y contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo está lejos de ser clasificable, como han temido algunos informes de prensa, como un "hermano mayor".

“Por el lado del intermediario bancario y financiero, es importante recordar que la denuncia al Ministerio de Economía y Finanzas de la infracción de las normas sobre circulación de efectivo entre particulares y la denuncia de operaciones sospechosas con fines de blanqueo de capitales y financiamiento del terrorismo a la UIF no constituyen de ninguna manera un "informe de delito", pero -subrayó Sabatini- someten a la atención del Ministerio de Economía o de la UIF elementos de evaluación que luego serán explorados por las Autoridades respectivas. En particular, la actividad de combate al fenómeno del blanqueo de capitales, realizada a través de la denuncia de operaciones sospechosas, no representa una actividad de investigación sino una especie de enlace de información entre el autor del delito y las autoridades encargadas de la represión”.

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