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Comercio: EE. UU., China y la Fed frenan el crecimiento mundial al 3 %

Incluso antes del G20, Atradius Outlook subrayó los mayores riesgos a la baja para el comercio y la inversión, principalmente debido a la escalada comercial entre EE. UU. y China, seguida de la proliferación del populismo, la desaceleración china y el fin de la política expansiva de los bancos centrales - World El crecimiento del PIB en 2019 se pronostica en 2,8%, con aceleraciones moderadas solo en África subsahariana y parte de América Latina.

Comercio: EE. UU., China y la Fed frenan el crecimiento mundial al 3 %

Incluso antes del reciente G20, Atradius lanzó el Perspectiva económica mundial de lo que se desprende que, tras una fuerte expansión en 2017, el dinamismo económico global se ha mantenido en los mismos niveles este año, aunque se espera que pierda terreno progresivamente en 2019. Los riesgos para el crecimiento de bienes y servicios van en aumento. no solo por la escalada comercial entre Estados Unidos y China, quizás parcialmente desactivada por la tregua del G20, sino también por la crisis de varias economías emergentes como la Brasil y para la implementación de políticas económicas populistas en Italia.

La creciente incertidumbre podría ejercer presión sobre la inversión global, un importante motor del comercio. Como tal, se espera que el comercio mundial pase de una notable expansión del 4,6 % registrada en 2017 a un más modesto 3,7 % este año, para descender aún más hasta el 3,0 % en 2019. En un entorno cada vez más interconectado, está claro que el espacio para las políticas el error es extremadamente limitado, y las consecuencias de las decisiones tomadas a nivel nacional tienen repercusiones regionales y globales, particularmente en lo que respecta al comercio y la inversión. Así, se espera que el crecimiento del PIB mundial se acelere ligeramente del 3,0% al 3,1% en 2018, con una estabilización del 2,8% el próximo año.

Los analistas prevén que la economía de EE. UU. crecerá un 2,9 % este año, gracias a los fundamentos fortalecidos por las políticas de estímulo fiscal, antes de desacelerarse al 2,5 % en 2019. La zona euro sigue luchando, con un impulso que el próximo año pasará del 2,0 % al 1,7 % . La economía británica se desacelera hasta el 1,3%, un nivel que debería confirmarse (+1,5%) también en 2019 si el Brexit se desarrolla según lo previsto en los últimos acuerdos y sin sobresaltos. En este contexto, las economías de mercados emergentes (EME) también se están desacelerando, con un crecimiento estable en 4,5% y 4,4% durante los próximos dos años.

Asia emergente será el motor del crecimiento, pero también está perdiendo ritmo con un crecimiento esperado de +5,6 % en 2019 frente al 6,0 % de este año. Se esperan aceleraciones moderadas sólo en el África subsahariana y en América Latina.

No obstante, a medida que el impulso económico mundial sigue aumentando, los analistas esperan una caída adicional del 4% en las insolvencias en las economías avanzadas. No obstante, de confirmarse las previsiones del PIB, se espera que las insolvencias disminuyan un 2019% en 1. Los escenarios globales se ven amenazados por riesgos a la baja, el más importante de los cuales proviene de la difícil tregua arancelaria entre Estados Unidos y China. El segundo riesgo más alto es la política de la Fed, que podría frenar la actividad económica de EE. UU. y causar turbulencias financieras en gran medida a expensas de las EME. Otros problemas podrían provenir de la corrección del mercado financiero, la tendencia alcista de los precios del petróleo y una fuerte desaceleración de la economía china.

La incertidumbre política en la Eurozona también está nublando cada vez más sus perspectivas de estabilidad, particularmente frente a los escenarios populistas que se desarrollan en elEuropa central y oriental y amplificada por las últimas elecciones italianas. Las perspectivas en el Reino Unido apuntan a un crecimiento lento pero resistente, aunque sigue existiendo el riesgo de que se dejen engañar por la falta de ratificación de los acuerdos con la UE. Al mismo tiempo, los mercados asiáticos están perdiendo impulso debido a la desaceleración en China y el comercio mundial. En general, las perspectivas para las EME siguen siendo alentadoras durante el período de pronóstico, pero la excesiva vulnerabilidad a los acontecimientos externos continúa empañando las perspectivas de los países individuales, como lo demuestran las salidas de capital y las amortizaciones este año. Y a medida que avanza el deterioro de los escenarios del comercio internacional, estos mercados se encuentran cada vez más dependientes de la demanda interna, factor que en los últimos años se ha traducido en el surgimiento de gobiernos de clara matriz populista. Con el riesgo de que los costes sigan cayendo sobre las actividades productivas de las empresas y el peligro de un círculo vicioso de recesión e insolvencias a medio plazo.

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