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Vuelta: Simon Yates gana etapa y maillot rojo

El británico ataca en los últimos 500 metros de la dura subida final rompiéndose con todos - Decepciona a Quintana que también pierde las ruedas de Valverde, López y Pinot - Kwiatkwoski intenta romper el banco con una escapada exhausto a falta de 4 km - Volvió a encontrarse durante un largo trecho incluso con un Nibali reformado.

Vuelta: Simon Yates gana etapa y maillot rojo

Se esperaba que Nairo Quintana en el Alto de les Praeres arrancara las alas del Cóndor tras el primer tímido atisbo del viernes sobre la Camperona pero fue él quien defraudó en la pared final de la etapa, incapaz de reaccionar en la última 500 metros desde las cuestas asfixiantes hasta la racha ganadora de Simon Yates hasta que Valverde, López y Pinot también perdieron las ruedas. Nada comprometido, cuestión de unos segundos pero importante para entender cómo varían las fuerzas en el campo: Yates, de vuelta con la camiseta roja, parecía ser el más tonificado de todos, tácticamente bueno para no derrochar energías tras la lección sufrida en el partido. reciente último Giro de Italia. Muchas otras montañas (y la contrarreloj del martes) esperan a los corredores a partir de la larga ascensión de hoy al Lago de Covadonga: todo queda abierto con esta cortísima clasificación en la que se recoge un póker de grandes nombres en menos de un minuto, con el segundo, Valverde, justo 20" seguido de Quintana a los 25" y López a los 47". Sin olvidar que Kruijwijck y Uran, quinto y sexto, también están a menos de un minuto y medio. Sin embargo, las sensaciones cambian, las positivas que en lo alto de la Camperona se volcaron a favor de Quintana, pese a no haber hecho cosas asombrosas, ayer se movieron en dirección a Yates, el duende de Bury. Incluso en el Movistar, dado el estado de forma de Valverde y la poca propensión al ataque de Quintana, vuelve a surgir el problema de elegir al número uno, que hasta el Camperona parecía orientado hacia el colombiano.   

Quintana defraudó pero no la etapa de ayer que fue la más bonita y reñida de la Vuelta hasta el momento con los grandes nombres que tomaron las riendas de la carrera en la subida final después de que uno de ellos, Mikal Kwiatkowski, intentara volar el banquillo yendo a la fuga junto a otros cinco compañeros a los que luego dejó en la carretera triturando kilómetros y subidas en solitario, una acción de fuerza y ​​clase del campeón polaco que sólo acabó en las rampas finales de Les Praeres. Liderando la persecución del grupo de los mejores, en el último collado antes de la ascensión final, estaba un recién descubierto Nibali que se aventuraba en larguísimas diatribas como si quisiera poner a prueba. Y la respuesta que se dio el propio Tiburón debió ser más que positiva teniendo en cuenta que en determinado momento decidió remar en un bote, mostrando a la cámara su lengua colgando a modo de broma con una sonrisa que dice mucho del recién descubierto buen humor de El Tiburón Campeón de Italia. Incluso Fabio Aru, a pesar de ceder otros segundos, acabó entre los diez primeros en la línea de meta, pasando del puesto 17 al 13 de la clasificación, a 3'26” de Yates. 

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