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Vacunas, Draghi: "Aumentar la producción es la prioridad"

En la cumbre internacional de Oporto, el primer ministro Draghi acogió con cautela la propuesta de Biden de liberalizar temporalmente las patentes de las vacunas anti-Covid pero recordando que las prioridades en la lucha contra la pandemia son otras, a saber, el aumento de la producción de vacunas, la salida de sus exportaciones y donaciones

Vacunas, Draghi: "Aumentar la producción es la prioridad"

Precaución sobre la doctrina Biden sobre las vacunas. Esta es la posición que se desprende de la cumbre europea de Oporto, donde todos los jefes de gobierno de los países miembros están discutiendo sobre todo vacunas y propuesto por el presidente estadounidense Joe Biden liberalizar las patentes, acelerar su distribución. La jugada de la Casa Blanca, además de desplazar e irritar a las farmacéuticas, con las acciones de Big Pharma desplomándose inmediatamente en la bolsa, había cosechado inicialmente el aplauso de casi toda la comunidad internacional. Sobre todo de toda Europa, a excepción de la canciller Angela Merkel, que desde el primer momento se había mostrado perpleja ante lo que parece una opción éticamente correcta, pero no prioritaria, para combatir con mayor eficacia la pandemia.

En Oporto, el primer ministro italiano, Mario Draghi, impulsó una posición de mediación, quien, si bien reconoció la validez de las posiciones de Biden, argumentó que primero necesitamos aumentar las dosis, luego pensaremos en las patentes. Por lo tanto, durante la cena, Draghi habría insistido en la necesidad de un aumento de dosis y sobre un desbloqueo de las exportaciones. El primer ministro, en principio partidario de la idea de Biden, invitó a los socios europeos a no ignorar el grito de ayuda de los países pobres. Las compañías farmacéuticas, que han recibido una generosa financiación estatal, deberían empezar a devolver algo a los más necesitados, dijo. Revelando que existen mecanismos temporales para no causar daño a las empresas. Pero la prioridad es precisamente afrontar ante todo la enorme complejidad del proceso productivo.

El presidente francés, Emmanuel Macron, también toma esta línea: “El problema no es el de la propiedad intelectual, sino el de los laboratorios que no saben producir y no producirán mañana vacunas. Estoy a favor de este debate, pero no debe matar la remuneración y la innovación”. En definitiva, la adhesión europea a la propuesta de Biden sigue en pie, pero en Portugal se ha enfriado mucho. También porque, como apuntan incluso varios demócratas estadounidenses, la liberalización de las patentes acabaría premiando a las grandes potencias rivales como China y Rusia, que hasta ahora se han mantenido al margen del juego de las vacunas.

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