Ha llegado el día de la reunión. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el organismo de la Reserva Federal que regula la política monetaria de Washington, se reunirá en breve. Un nombramiento esperado desde hace meses, que podría sancionar el fin de los estímulos que han reactivado las finanzas estadounidenses tras la quiebra de Lehman Brothers y han contribuido a que el índice S&P500 ganara un 150% con respecto a los mínimos de marzo de 2009.
El banco central anunciará sus decisiones el miércoles. Esta vez el foco no estará puesto -como suele ocurrir- en los tipos de interés, sino en la flexibilización cuantitativa y la posibilidad de una reducción del volumen de compras, el tan temido por algunos y tan deseado por otros "tapering".
La ruptura, si la habrá, no será traumática. Los banqueros centrales han dejado claro en repetidas ocasiones que la economía no perderá de un solo golpe los 85 millones de dólares inyectados en el sistema cada mes mediante las compras de activos de la Fed. Será una salida gradual. El problema es saber cuánto y cuándo. Según los expertos, se espera que el FOMC anuncie una reducción de 10 mil millones de dólares en las compras mensuales.