El gobierno italiano debe presentar “dentro de unos díaso” una serie de medidas adicionales corregir las cuentas públicas de 2019 y 2010. En caso contrario, el procedimiento europeo de infracción será inevitable. La advertencia proviene del ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, quien habló en la conferencia de prensa posterior a Ecofin junto a su homólogo alemán, Olaf Scholz. Los ministros de Economía y Finanzas de la UE -es decir, los 19 de la Eurozona, reunidos el jueves para el Eurogrupo- confirman su apoyo a las evaluaciones de la Comisión Europea, que el 5 de junio propuso incoar un procedimiento contra Italia por incumplimiento de las normas sobre endeudamiento. La última palabra la tendrá Ecofin el 9 de julio.
Nuestro país, por lo tanto, tiene poco tiempo para desactivar una amenaza que llevaría a comisario de cuentas durante al menos cinco años. "Hemos sentado las bases de lo que vamos a discutir, de los objetivos de las negociaciones", dijo el número uno del Tesoro italiano, Giovanni Tria, tras la reunión con el comisario de la UE Pierre Moscovici y la reunión del Ecofin.
El ministro confía en que para corregir la trayectoria de las cuentas de este año no se necesitarán medidas adicionales: “Tenemos que llegar al déficit indicado, que además está compensando el incumplimiento del objetivo de 2018. Cómo lo consigamos no supone un problema con nuevas medidas, pensamos conseguirlo sin cambios legislativos”.
A quienes le preguntaron si traerá nuevos datos a Breuxelle para el 9 de julio, Tria respondió: “Por supuesto, no llevo una pequeña charla.. Saldrán más datos y espero más mejoras en términos de mayores ingresos y mayores ahorros”.
En abril pasado el gobierno había escrito en Def que la ratio déficit-PIB de 2019 habría alcanzado el 2,4%peor que el acuerdos firmados en diciembre con la Comisión, en la que se hablaba de una 2,04%.
Sin embargo, según Hacienda, la cifra volverá a bajar en los próximos meses, hasta que se estabilice poco más del 2,1% al final del año. La mejora, por valor de 4-5 mil millones, sería incluso superior a la corrección solicitada por Europa para las cuentas de 2019, que es del orden de 3-4 mil millones. Para determinarlo, mayores ingresos fiscales (gracias al IVA impulsado por factura electrónica), yo utilidades y dividendos de las empresas estatales y ahorros en los fondos asignados para cuota 100 y renta básica.
El problema es que, incluso si estas cuentas fueran plausibles, por sí solas no serían suficientes para evitar el procedimiento de infracción. La pregunta principal se refiere de hecho las cuentas de 2020, que es probable que estén muy reventados. Según cálculos europeos, en ausencia de correcciones el próximo año la deuda pública italiana superaría el 135% del PIB, mientras que el déficit alcanzaría el 3,5%, medio punto por encima del umbral de Maastricht.
Además, estos cálculos no tienen en cuenta la montaña de dinero que el gobierno italiano parece decidido a gastar con la maniobra de otoño: 23 mil millones para evitar aumentos de IVA más al menos otra docena por el impuesto único. Estas son las dos partidas de gasto en torno a las cuales se juega el verdadero juego político.
En particular, el gobierno amarillo-verde está dividido sobre la cobertura del impuesto único: a Salvini le gustaría financiarlo con déficit, pero Tria y el primer ministro Conte se oponen, también porque tal desgarro destruiría cualquier negociación con Bruselas.
Pero si el gobierno italiano cayera en julio, cualquier procedimiento de infracción que acaba de iniciar la UE se interrumpiría y luego se reactivaría automáticamente con la formación del nuevo gobierno italiano. Pero eso no ocurriría antes de finales de otoño.
