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Trump y los aranceles: ahora Boeing y la soja están en riesgo

La política antidumping del presidente estadounidense que ha golpeado las lavadoras y los paneles solares corre el riesgo de desencadenar una furiosa reacción de China que tiene dos armas poderosas en la mano: la de los suministros a Boeing que podría sustituir con Airbus y la de la soja (toda transgénica) por que los chinos son los primeros consumidores e importadores del mundo

Trump y los aranceles: ahora Boeing y la soja están en riesgo

Las lavadoras traen mala suerte a los dos chaebols coreanos LG Electronics y Samsung Electronics que fueron atrapados por Trump: como anticipamos en octubre de 2016 – un aumento del 30-50% de los aranceles aduaneros por el dumping practicado contra los productores estadounidenses. Pero la mala suerte de la lavandería tiene otros precedentes. Ya en 2014, en la feria europea IFA de Berlín, se había desatado una furiosa bronca entre los dos grandes nombres con fuertes secuelas por supuesto espionaje industrial. Funcionarios de Samsung habían acusado al jefe de electrodomésticos de LG, Joo Seng-Jin, de dañar sigilosamente sus lavadoras para espiar sus secretos. Joo, por desgracia, había sido grabado en video por cámaras de seguridad pateando o intentando mirar dentro de las máquinas Samsung. Después de lo cual la enemistad había continuado en forma de guerra secreta e implacable, pero con un mérito innegable: el de haber competido en innovaciones récord. Y precios cada vez más bajos porque de esta forma conseguían que los competidores con fábricas americanas y los costes americanos sufrieran fuertes reducciones en las ventas. 

Las lavadoras en turbulencia 

La mala influencia de las lavadoras retomó su curso mientras tanto porque en 2016, cuando Samsung, ya golpeada por otra mala suerte, la de las baterías explosivas de los smartphones Galaxy Note 7, tuvo que retirar sus lavadoras porque en pleno centrifugado mostraban movimientos bruscos y turbulentos hasta la peligrosa quema del tanque. Después, con las lavadoras quizás los dos grandes debieron estar más relajados pero no, continuaron con lo que habían comenzado a hacer en 2010: precios muy bajos y mercados en ebullición, y siempre con indiscutiblemente innovadores y súper electrodomésticos. Lo que le quitó cuota de mercado a los estadounidenses (en 2017 la participación de Whirlpool bajó del 19,7 al 17,3%). Eran y son, sin duda, los precios "chinos" en detrimento de los competidores estadounidenses, así como de los trabajadores de las fábricas chinas, cuando menos mal pagados.  

Sí, es dumping, dados Triunfo 

En 2011 Whirlpool había plantado un problema con acusaciones precisas de competencia desleal –de nuevo para las lavadoras- ante la USTC, la American Trade Commission, que entonces recién en 2016 reconoció que sí, efectivamente estaba haciendo dumping como había escrito Whirlpool, aportando argumentos técnicos para Trump por los aranceles. Pero lo que hizo que la USTC decidiera más que Trump anticipar los fuertes aranceles fue la duración juego de las escondidas que las empresas coreanas han estado jugando desde 2011, trasladando las fábricas de China, luego a Vietnam y luego a Tailandia para "demostrar" que ya no existía el dumping, porque ya no existía la fábrica. Así, en una actividad de movimiento frenético, abrieron y cerraron fábricas... Pero los dos chaebol coreanos habían entendido desde 2011 que se avecinaban tiempos difíciles y que, para ganarse el favor de las autoridades estadounidenses, tenían que abrir algunas pequeñas fábricas en los Estados Unidos como bueno: LG en Tennessee y Samsung en Carolina del Sur Siempre sobre lavadoras. 

Fábricas de destornilladores 

Este es en realidad el caso clásico de fábricas de destornilladores, es decir, áreas de ensamblaje de herramientas de Asia. Las palabras de los voceros de los grandes coreanos son reveladoras: “La decisión de Trump provocará serios retrasos en las entregas de piezas desprendidas”, declararon. Piezas sueltas que se pueden montar en poco tiempo con destornillador y tornillos. Y LG desplaza a todos al adelantar unos meses el inicio de la producción de la fábrica prevista para 2019 y, sobre todo, al aumentar los precios en unos 50 dólares por cada lavadora y secadora -como desvelaba al principio el bien informado Wall Street Journal-. de enero. No hay problema con los aumentos de precios, aseguró LG de inmediato en una reunión confidencial con minoristas estadounidenses, demostrando que las tarifas de Trump no darán ventajas abrumadoras a los competidores.  

Aparte de las lavadoras y los paneles solares, los Boeing están en riesgo 

Como sabemos, precisas anticipaciones partieron de los asesores de Trump: ahora le toca el turno a la propiedad intelectual, al acero y al aluminio, afectados por la competencia china, coreana y mundial. En este momento. Y con una víctima ilustre, el BMW que se ha permitido fabricar sus autos -en gran polvo en el mercado estadounidense- en el cercano México. Y luego una larga serie de otros productos de los cuales -observan los expertos estadounidenses- será difícil traer de vuelta la producción a la patria porque las habilidades, las fábricas y los conocimientos han desaparecido durante décadas. A cambio, China gobierna dos formidables armas que causarán enormes daños si continúa la furia iconoclasta de Trump, como es seguro: la Boe y soya (todo transgénico) de los cuales China es el primer consumidor-importador del mundo. Es decir: en lugar de aviones Boeing se sabe que está listo para reponerse en los suministros de Airbus. Mientras que la enorme cantidad de soja transgénica -que muchos países rechazan con razón- que importa China sirve para alimentar a las innumerables granjas porcinas (50% del total mundial) de las que los chinos son ávidos consumidores. Un desastre económico caería sobre los agricultores estadounidenses si los chinos ya no compraran su soja transgénica bombeada. Por no hablar de los desastres que ya están provocando los aranceles sobre los paneles solares no en China sino en Estados Unidos, donde los productores locales tendrán que pagar un alto precio por los componentes. ¿Entonces? “La administración Trump ha decidido deliberadamente aplicar deberes a productos fabricados en todo el mundo”. The New York Times fue el primero en escribirlo, recogido por la televisión y la prensa de todo el país. 

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