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Trump, qué pasará con las inversiones y los ahorros

Comentario de Lombard Odier Investment Managers sobre las elecciones estadounidenses: estas son las repercusiones que podrían tener sobre las inversiones y los ahorros.

Trump, qué pasará con las inversiones y los ahorros

Cuáles son las implicaciones de inversión: presión a la baja sobre el riesgo y los bonos estadounidenses

Dada la controvertida retórica de campaña de Trump, esperamos que la presión a la baja sobre los activos de riesgo continúe en los próximos días, o hasta que haya más claridad en su agenda política. Asumiendo la alta probabilidad de recortes de impuestos en un momento de pleno empleo, la curva del Tesoro, en nuestra opinión, se acentuará. Las perspectivas para las acciones de EE. UU. pueden mejorar si los problemas de inmigración no se convierten en un enfoque político clave bajo la presidencia de Trump. Vale la pena señalar que la perspectiva del mercado de valores está siendo influenciada por fuerzas opuestas que dependen de la posible relajación fiscal bajo la presidencia de Trump en oposición al fortalecimiento de la narrativa antiglobalización en su retórica de campaña. En el corto plazo, en función de la reacción del mercado de valores (si el daño es sustancial), la Reserva Federal puede decidir no subir las tasas de interés en diciembre. Más allá de eso, esperamos una trayectoria más agresiva por parte de la Fed para respaldar la relajación fiscal.

En cuanto a las divisas, el dólar estadounidense se debilitó inicialmente frente a las divisas de otras economías avanzadas. Sin embargo, es posible que el dólar no se mantenga así bajo la presidencia de Trump, especialmente si la relajación fiscal tiene prioridad sobre otras promesas de campaña más controvertidas, incluso si esto requiere un endurecimiento de la política monetaria.

Políticas de Trump: ¿qué sabemos?

El comercio y la inmigración han sido temas centrales durante la campaña electoral de Trump, donde el brazo ejecutivo tiene más libertad de acción en la implementación de políticas. En los Estados Unidos, el Congreso tiene el poder exclusivo de distribuir fondos y la discreción del poder ejecutivo se ha reducido a lo largo de los años.

En términos de inmigración, el ejecutivo tiene más discreción, un poder utilizado por el presidente Obama para influir en la política. Aquí, la promesa de Trump de deportar a los inmigrantes ilegales es una posibilidad realista: una dirección política que deberá ser monitoreada de cerca en el futuro cercano.

El comercio también es un área de mayor discrecionalidad para el ejecutivo. La constitución de los EE. UU. establece que el Congreso tiene el mandato de manejar el comercio con naciones extranjeras, pero a lo largo de los años, el control se ha cedido al ejecutivo. Más importante aún, los presidentes tienen la capacidad de retirarse de acuerdos bilaterales y multilaterales, lo que bajo la presidencia de Trump podría poner en peligro el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y, potencialmente, la membresía de EE. UU. en la Organización Mundial del Comercio.

Cambiar la atención a políticas económicas más inmediatas bajo la presidencia de Trump aumenta la probabilidad de recortes de impuestos, considerando también la mayoría republicana en el Congreso, lo que conduciría a una mayor inflación y apoyaría el crecimiento a corto plazo. Sin embargo, las implicaciones a largo plazo de una política exterior y comercial agresiva serán claramente negativas. Dicho esto, dada la historia de Trump de muchos cambios de posición, queda mucho por aclarar antes de emitir juicios firmes sobre las orientaciones políticas a largo plazo y, en consecuencia, las implicaciones de inversión resultantes.

Polarización y populismo en aumento

En Estados Unidos, un proceso de polarización a nivel de género, raza y política ha estado ocurriendo desde hace algún tiempo. La Figura 1 muestra la creciente divergencia entre republicanos y demócratas en varios temas, una tendencia que ha estado en marcha durante una década y que se aceleró después de la crisis financiera de 2008/2009. De manera similar, la distribución de puntos de vista sobre los valores políticos entre los dos campos muestra claramente una brecha que se ha ampliado durante la última década (Figura 2). Y, de hecho, según el análisis detallado realizado por Matthew Gentzkow (Universidad de Stanford), parece claro que la polarización es real y representa un problema grave.

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