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Tractores en rebelión, Meloni y Lollo en caos: demasiada amnesia y demasiada hipocresía tras el fracaso del abrazo de Coldiretti

Ante la revuelta de los tractores, el Primer Ministro y el Ministro de Agricultura no saben qué camino tomar porque aprobaron la política agrícola europea y, sobre todo, porque fueron ellos y no la UE quienes aumentaron los impuestos a los agricultores italianos.

Tractores en rebelión, Meloni y Lollo en caos: demasiada amnesia y demasiada hipocresía tras el fracaso del abrazo de Coldiretti

Ante la propagación del revuelta del tractor, la gobierno meloni ya no sabe qué camino tomar. Lollo, cuñado de Italia y Ministro de Agricultura, consideró que un gran abrazo del Gobierno y de los Hermanos de Italia con el poderoso Coldiretti de Ettore Prandini, hijo del polémico exministro Forlán de la DC, para mantener a raya la protesta y consolidar el poder de la derecha en el campo. Pero no fue así, porque entre las diversas almas de la protesta campesina que amenazan la marcha sobre Roma, hay quienes dicen cada vez más que la culpa del malestar en el campo no sólo la tiene Europa, sino también con el Gobierno de Meloni. La primera ministra intentó inicialmente distanciarse de la política agrícola europea pero no faltaron quienes le recordaron que la PAC (política agrícola comunitaria) 2023-2027 fue aprobada por todas las fuerzas de centroderecha, incluidos los Hermanos de Italia y los Liga. Luego Meloni intentó demostrar que su Gobierno había "hecho todo lo posible" para acomodar a los agricultores. Pero los números demostraron que estaba equivocada. En primer lugar, la promesa de aumentar el Pnrr destinado a la agricultura de 5 a 8 mil millones de dólares fue desmentida porque, como señaló agudamente el periodista político de Il Sole 24 Ore, Lina Palmerini, ese dinero ya estaba previsto en el nuevo Pnrr "revisado y sellado por Bruselas" sin ningún aumento. Pero es en el endurecimiento del Irpef pagado por los agricultores italianos donde cae el burro. En el presupuesto, el Gobierno había rechazado la ampliación de las ventajas fiscales para 400 productores agrícolas, lo que por sí solo cuesta entre 230 y 250 millones. Ahora, como el De la leyen sobre los pesticidas, Meloni y Lollobrigida quisieran dar marcha atrás pero no saben cómo encontrar el dinero para compensar la renuncia al aumento deImpuesto sobre la renta personal pagado por los agricultores. El presupuesto público llora, el dinero no está y el Mef resiste. Peor aún, los cuñados de Italia no pudieron soportar la revuelta de los tractores: ambos cayeron de la torre.

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