En la subida a la Planche des Belles Filles triunfa Vicenzo Nibali y recupera el maillot amarillo al final de una etapa marcada por el abandono de Contador. Un día de dolor para el asturiano, una etapa trepidante para Nibali que ahora tiene las llaves del Tour, dueño absoluto de la carrera incluso al margen de la desgracia de los demás que en una semana tumbó a dos grandes nombres de la talla de Froome y Contador. El drama para el campeón de España se desarrolla precisamente en el escenario que el Pistolero había puesto en su agenda para el primer gran ataque en lo alto de la Planche des Belles Filles. Faltaba un centenar de kilómetros para la meta cuando el Tour se vio sacudido por una estremecedora noticia de Radiocorsa: "Ha caído Contador". Era el descenso del Petit Ballon antes de abordar el de Platzerwasel: el español está al costado de la carretera, con la camiseta rota en varios lugares, la rodilla herida y sangrando. Hay una percepción inmediata de desastre.
Contador, confundido pero aún en trance competitivo, quisiera volver a subirse a su bicicleta, pero el médico lo detiene para darle los primeros auxilios y vendar su pierna. A su alrededor hay una multitud de coches y espectadores fotografiando el momento que cambió el rumbo del Tour, los minutos pasan, parecen una eternidad. Frente al grupo de Nibali, Valverde y Gallopin con el maillot amarillo no quieren acelerar pero no ven la hora del desafortunado campeón porque hay un grupo de corredores por delante con más de 4 minutos con Kwiatkowski en el virtual Jersey amarillo. Contador, antes de reiniciar con una rodilla vendada, también tuvo que cambiar la zapatilla izquierda destrozada en la caída. Cuando Bjarne Rijs ayuda a Contador a retomar el rumbo, su retraso ahora es de más de 4 minutos por detrás del grupo de Nibali.
El asturiano intenta recuperarse con valentía pero su pedaleo de inmediato revela que los golpes son graves. La moral es baja. Saxo-Tinkoff detiene a tres o cuatro ciclistas para intentar echar una mano a su capitán. La esperanza es salvarse hoy, luego mañana es el día libre para volver a la normalidad. Pero la subida fue un suplicio, la posterior bajada entre la niebla y el camino resbaladizo por la constante lluvia fue una pesadilla: al cabo de unos kilómetros Contador, cada vez más sufrido, se dio por vencido. Se detiene, se baja de la bicicleta, agradece a sus compañeros, casi como disculpándose, y luego se sube al auto de Rijs. En el hospital, las primeras radiografías detectarán incluso una fractura de tibia. El Tour también pierde al otro gran favorito tras Froome. Una situación que da luz verde a Nibali para el éxito final pero que le quita el encanto a un duelo que podría haber incendiado el Tour.
Hablando del drama de Contador, lleguemos al momento del tiro imperioso de Nibali que deja el pequeño grupo de Valverde y Porte y va en busca de Purito Rodríguez que esperaba con ansias el primer éxito de una temporada llena solo de dolencias, tras haber conquistó el maillot de lunares pasando en cabeza en las principales cuestas del día. El escalador español, que había dejado en la estacada a Kwiatkowski y últimos supervivientes de la fuga que caracterizó un largo tramo de la etapa, fue alcanzado por Nibali a un kilómetro y medio de meta. “¡Cuando me pasó parecía un avión!”, dijo Purito en la meta.
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Una acción, la del Astana Shark, que le llevó a adelantar a Rofriguez en un abrir y cerrar de ojos, volando hacia la meta con una arena que no dejaba salida a sus contrincantes. Segundo a los 15” fue Thibaut Pinot, tercero Valverde a los 20”, cuarto con la misma diferencia Jean Peraud, quinto Bardet y sexto Teejay Van Garderen, ambos a los 22”, séptimo Richie Porte a los 25”. El ex maillot de Gallopin, a pesar de apretar los dientes, llegaba a los 4'46” por delante de un decepcionante Pierre Rolland por unos segundos. La clasificación, en la víspera de los Alpes tras el descanso de este martes, habla cada vez más italiano con Nibali de maillot amarillo con 2'23” de ventaja sobre Porte. Valverde es tercero a 2'47”.
