comparte

Sobre el referéndum Corte entre dos fuegos

Jueces constitucionales en una reunión para decidir sobre la admisibilidad de las preguntas del referéndum - La luz verde para la consulta podría, si tiene éxito, conducir a la reactivación del Mattarellum - Pero sin la fecha límite del referéndum, los partidos y el Parlamento podrían dejar las cosas como están y el Los italianos volverían a votar con Porcellum.

Sobre el referéndum Corte entre dos fuegos

Ya mañana la Corte Constitucional podría anunciar si juzgará o no admisibles los referéndums para derogar la actual ley electoral. La Consulta está, en cierto sentido, entre dos fuegos. La primera es legal. Si declara admisibles los referéndums, y éstos, como todo indica, contarán con el consentimiento de los electores, existe el riesgo de abrir un vacío legislativo, lo que tendría como consecuencia conducir a la reactivación del Mattarellum, salvo una oportuna intervención legislativa del Parlamento. Tesis con la que una parte de los constitucionalistas no está de acuerdo.

El segundo enfoque es en cambio político. Si la Corte fallará sobre la inadmisibilidad de los referéndums existe el riesgo más que real de que nadie toque Porcellum (la actual ley electoral).. De hecho, los partidos declaran que esta ley ya debe ser cambiada, su redactor (Calderali de la Liga Norte) la ha definido como "inmundicia". Pero, de hecho, los italianos ya han tenido que votar dos veces con ese absurdo sistema que no permite que los representantes elijan a sus propios representantes en el Parlamento.

Eso sí, hoy las partes dicen que, sea cual sea el veredicto de la Consulta, cambiarán esa ley. Pero la lección de las cosas nos dice otra cosa. Las partes tuvieron tiempo de sobra para cambiar el Porcellum y no lo hicieron. También se podría pensar que tienen la reserva mental de preferir que sean ellos y no los electores quienes nombren diputados y senadores.

Por esta la luz verde del Tribunal Constitucional en los referéndums tendría un doble efecto: sin perjuicio de la posibilidad de que en los meses que separan la sentencia de la fecha de la consulta, el Parlamento pueda dictar otra ley. Pero, de lo contrario, daría a los ciudadanos la garantía de que la próxima vez en cualquier caso no votarían con el Porcellum. Eso sí, en caso de inacción de la Cámara y el Senado, se resucitaría la antigua ley Mattarella. Lo cual, vale la pena recordar, ciertamente no era una mala ley.

Revisión