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España, el efecto Grecia pone en aprietos a Podemos

Todas las miradas en España están puestas en Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias que logró una victoria sin precedentes en las recientes elecciones autonómicas y que ha arrebatado ciudades como Madrid y Barcelona en las elecciones municipales. Pero la crisis griega y la de Syriza han abierto una importante grieta en la confianza de los españoles hacia un partido rompedor como Podemos

España, el efecto Grecia pone en aprietos a Podemos

Todas las miradas en España están puestas en Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias que logró una victoria sin precedentes en las recientes elecciones autonómicas y que ha arrebatado ciudades como Madrid y Barcelona en las elecciones municipales. La crisis griega y la del partido de Gobierno, Syriza, ha abierto una grieta importante en la confianza de los españoles hacia un partido de ruptura como Podemos, tan afín a las posiciones y valores del que lidera Alexis Tsipras. Al menos esta parece ser la opinión generalizada en la Península Ibérica a seis meses de las elecciones generales de fin de año y a menos de dos meses de las elecciones autonómicas en Cataluña (previstas para el 27 de septiembre) que supondrán la primera prueba real de del Estado de Podemos, sino también de las ambiciones independentistas del pueblo catalán.

 “Los españoles –dice a Firstonline un politólogo reunido en Barcelona– tras el voto de protesta de las últimas semanas que barajó las cartas de las fuerzas políticas en el campo, parecen querer volver sobre sus pasos. Las encuestas dicen que el presidente Rajoy se está recuperando y que el centroderecha ha detenido la hemorragia. Después de todo, el estado de salud de España está mejorando significativamente y el experimento de Podemos no es del todo convincente”.

Según un estudio de Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, España a finales de 2016 debería haber recuperado el PIB perdido durante el periodo de crisis. El turismo, uno de los principales rubros del país, debe crecer un 10-15% este año. Mientras que la tasa de desempleo está volviendo lentamente a valores más aceptables y el ahorro de los hogares superará los 2 millones de euros, por encima de los 1,89 millones anteriores a la crisis. En definitiva, para el centroderecha, tras el temporal regional, parece haber vuelto algo de buen tiempo, aunque tenga los ojos puestos en Cataluña.

“Las próximas elecciones a fines de septiembre – explica nuestro interlocutor – serán una prueba importante del deseo de independencia de la Región. Tras el rechazo del referéndum popular por parte del Gobierno central de Madrid en los últimos meses, los catalanes están dispuestos a hacer oír su voz y a dejar claro que Cataluña puede vivir sin España, pero que España no puede vivir sin Cataluña”. Lo dicen los números, el hecho de que Cataluña contribuya a la formación del 20% del PIB español y del 25% de sus exportaciones.

Arthur Mas, el actual presidente de la Región, trabaja intensamente para reunir en torno suyo a políticos "transversales" de derecha e izquierda, para presentarse a la votación con una formación consistente y compacta capaz de articularse en torno a si el interés de gran parte de la población catalana. Un más que activo Arthur Mas, que fue recibido en los últimos días por el Rey y aparentemente "golpeado", y que probablemente podrá obtener algunas concesiones importantes de Mariano Rajoy antes de las elecciones. En definitiva, el panorama político español se hace cada día más complejo, habiendo terminado la era de los bloques opuestos de derecha-izquierda, con la irrupción de Podemos que ha obligado a las alineaciones a formar coaliciones ampliadas para poder gobernar. Regiones y ciudades. Como decíamos, Pablo Iglesias está en apuros y ha convocado unas primarias en toda España abiertas a todos, para elegir al mejor candidato para las próximas políticas generales. Unas primarias que no deberían deparar sorpresas, dado que Iglesias sigue siendo el símbolo de la ruptura con la política tradicional, pero también del renovado diálogo con la ciudadanía.

Ciertamente, sin embargo, lo ocurrido en Grecia representa una señal de alarma para Podemos. No se hace política a largo plazo explotando únicamente el descontento de la población. Hacen falta programas, visión de futuro, hombres bien preparados y una buena dosis de europeísmo para responder adecuadamente a las demandas de un país como España, todavía en recuperación y con profundos contrastes en el nivel de vida entre el Norte rico que representa Cataluña y el pobre Sur de la soleada Andalucía.

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