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RETO MILÁN-ROMA - Milán con honor, desastre de Roma: 2 a 1 para los rossoneri

RETO MILÁN-ROMA - Los rossoneri reencuentran su orgullo y tumban a la Roma con un gol primero de Van Ginkel y luego del ex Destro - El penal convertido por Totti es ilusorio - El miedo juega una mala broma a la Roma que ahora teme adelantar a la Lazio e incluso arriesga la remontada del Napoli, poniendo en riesgo su clasificación en la Champions League.

RETO MILÁN-ROMA - Milán con honor, desastre de Roma: 2 a 1 para los rossoneri

Orgullo de Milán, desastre de Roma. Este es el título del partido de San Siro que vio imponerse a los rossoneri por 2-1, un resultado tan positivo como inesperado. Pocos, de hecho, podrían imaginar una reacción ante un rival más fuerte, además de enormemente más motivado. Viendo el partido, parecía que era el Milán el que jugaba por el segundo puesto, no una Roma deslucida, otra vez prisionera de sus miedos. “Fue una actuación perturbadora – admitió Sabatini sin rodeos. – No podemos jugar así, el segundo puesto es algo fundamental. Hablaremos con el entrenador, el equipo podría retirarse". A la espera de la decisión, los jugadores trabajarán horas extraordinarias: se cancela la jornada de descanso y esta mañana (8 a. m.) todos se reunirán en Trigoria para entrenar. “Jugamos mal, los muchachos tienen que entender que no es así – comentó García. – En algunas situaciones nos dormimos, tengo que asegurarme de que este equipo reaccione”. Mucho enfado es el resultado de un mal partido, que sin embargo empezó bien. La Roma había saltado al campo con la actitud adecuada, casi adelantándose en el minuto 17 (poste de Manolas). Luego se apagó la luz y Milan, por una vez cínico y decidido, ocupó la silla. Primero Van Ginkel (golpe bajo en el minuto 39), luego el ex Destro (cabezazo en el minuto 61) marcaron el gol de De Sanctis, todo ello con el apoyo de un Honda recién descubierto (dos asistencias para él).

La entrada de Totti e Iturbe revitalizó a la Roma pero el penalti del capitán (73') sólo dio la ilusión de remontada. Y así, los Rossoneri, disputados como de costumbre por la multitud de San Siro, se llevaron a casa tres puntos importantes, aunque solo sea por orgullo. “Mostramos una gran dignidad – dijo Inzaghi. – Por una tarde volvemos a los de diciembre, ahora vamos a intentar sacar 9 puntos para cerrar el campeonato con la frente en alto”. La victoria no cambiará el rostro de una temporada desafortunada, pero hará bien a la moral de todo el mundo milanés, ahora proyectado hacia un futuro de grandes novedades. “Estoy buscando a alguien para inyectar capital en la empresa – confirmó Silvio Berlusconi. – Soy muy cuidadoso en verificar las intenciones de los compradores, solo cederé a los que quieran hacer el bien al club, no a los que busquen popularidad. Para mí es como vender mi infancia, lamentablemente mi familia no puede competir con los jeques árabes”. Palabras importantes, que confirman, si es que todavía hay alguna necesidad, el punto de inflexión de la época que está a punto de golpear a Milán. Mientras tanto, el equipo ha vuelto a la victoria y eso, al menos, les permitirá vivir el final de temporada con una pizca extra de serenidad. El que no tendrá la Roma, obligado a esperar que Inter y Parma detengan a Lazio y Nápoles. De lo contrario, la clasificación para la Champions League podría complicarse, quizás de manera irreparable. 

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