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Servicio público y licencia de TV: no se dice que solo son responsabilidad de Rai

Antes de renovar el acuerdo entre el Estado y la Rai, necesitamos redefinir el concepto de servicio público: ¿estamos realmente seguros de que en la era de la comunicación multimedia solo la Rai lo hace? Pero si muchos sujetos realizan un servicio público, la tarifa de la licencia de TV no puede concentrarse solo en la empresa estatal y debe dividirse a partes iguales entre los diferentes operadores.

Servicio público y licencia de TV: no se dice que solo son responsabilidad de Rai

Hay un largo hilo indestructible que une a las fuerzas políticas mayoritarias y opositoras desde hace más de treinta años en el debate que gira en torno al papel de la Rai: quien gobierna de vez en cuando trata de poner sus manos sobre la empresa de arriba y los que están en la minoría pretenden rasgarse la ropa con la esperanza de disfrutar del mismo mecanismo con las partes invertidas.

Una armonía que, por así decirlo, "ayuda": se garantiza un poco de control y al mismo tiempo se dejan abiertas las puertas a ese término medio (las industrias afines) que, paso a paso, ha ido adquiriendo formas y dimensiones tales como hacer extremadamente problemática cualquier intervención seria en el servicio público.

Y que este es el verdadero terreno del choque y de la "conquista" lo demuestra un hecho conocido por todos los protagonistas: en la Segunda República ningún partido ha ganado nunca las elecciones teniendo el control de la Rai. Gobernar la empresa pública no garantiza el consenso, pero asegura el control de ríos de dinero destinados a la producción y los contratos. Este es el verdadero fin de la política más allá de las falsas polémicas, de los falsos rodeos, de las altas y solemnes resoluciones.

Baste recordar que el último debate real sobre el papel del servicio público tuvo lugar antes de la aprobación de la ley Mammi', cuando la Democracia Cristiana, al no compartir los lineamientos de la reforma, abandonó el Gobierno. Políticamente hace una era geológica. Entonces nada más. Mientras tanto, el mundo de la comunicación por radio y televisión ha cambiado profundamente y la llegada de la web y la tecnología digital han cambiado la percepción y el uso del mensaje. Un cambio radical que ahora viene acompañado de una reforma igualmente drástica que entrega el control de la alta dirección de Rai directamente al director ejecutivo.

Todo insertado en un contexto que ve la expiración del acuerdo que hasta ahora le había asignado a Rai la tarea de garantizar el servicio público. Qué mejor ocasión para iniciar una profunda reflexión sobre lo que significa hoy "servicio público", a qué criterios debe corresponder, qué funciones garantizar. Sólo al final de una discusión en profundidad será posible proceder a la renovación del acuerdo porque, al menos en teoría, no se puede excluir que en el nuevo mundo editorial "todos los jugadores" estén de alguna manera haciendo un "público servicio”, y en este caso el producto de un canon, ahora “blindado” contra cualquier hipótesis de evasión, debe repartirse entre todos los sujetos y no concentrarse en una sola empresa.

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