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Serie A, el gran partido es el Milán-Nápoles: Allegri intenta frenar al rapidísimo Benítez

El choque de la cuarta jornada es el de la tarde del domingo en Milán entre el muy activo Napoli de Benítez (que vuelve al estadio donde fracasó hace tres años al frente del Inter) y el convaleciente Milan de Allegri, que sigue en plena formación de emergencia: Will ¿Será capaz el Diablo de restablecer una jerarquía que parece haber cambiado?

Serie A, el gran partido es el Milán-Nápoles: Allegri intenta frenar al rapidísimo Benítez

Roles invertidos. Por primera vez en mucho tiempo, la Milán-Nápoles verá a los Azzurri como grandes favoritos, además en el templo milanés de San Siro. Es una novedad absoluta, al menos en los últimos veinte años. Hay que remontarse a los tiempos de Maradona de hecho para recordar un Napoli tan lanzado, y no es casualidad que la última victoria de los napolitanos en Milán se remonte a 1986, cuando el Pibe de oro (además de Giordano) puso su firma en el 1-2 de la final. Luego 10 victorias del Milán y 9 empates, confirmando que durante muchas temporadas casi nunca hubo historia. Esta vez, sin embargo, es diferente e incluso la ciudad supersticiosa en las laderas del Vesubio es optimista. Por otro lado, los equipos llegan al gran partido en condiciones opuestas: los rossoneri tienen mala suerte, que tienen que agradecer a la buena suerte por no haber perdido en Turín y ganar al Celtic, los azzurri estuvieron muy bien, con pleno de puntos los dos en el liga y en la Champions League. Recién la Big Ears Cup confirmó cómo los de Benítez ya están preparados para el salto de calidad, el definitivo por supuesto. Sin embargo, eso pasa de un buen resultado en San Siro, posiblemente a una victoria. Por el contrario, resurgirían las dudas sobre el Napoli de marca española, para regocijo de los rivales, con la Juventus a la cabeza. De momento, de hecho, los azzurri asustan más que el Milán, al que no se le atribuye mucho haber ganado el Scudetto.

“No sé qué tan importantes son los favoritos en el fútbol – amonestó con picardía Adriano Galliani. – Érase una vez, por ejemplo, que los derbis siempre los ganaban los equipos que estaban detrás…”. El CEO ciertamente no se rebela contra el papel de desvalido, que por una vez ejerce más presión sobre sus oponentes que sobre su Milán. Sin embargo, está claro que incluso los rossoneri no pueden permitirse demasiados pasos en falso. Como recordó Galliani, "el campeonato termina recién a mediados de mayo", pero las remontadas no siempre son exitosas y pocos desean revivir un final emocionante como el de la temporada pasada. Los puntos de la punta, que actualmente ocupan Nápoles y Roma, ya son 5 e incluso podrían convertirse en 8 en caso de derrota, por no hablar de que, probablemente, la brecha de Juventus, Inter, Fiorentina y uno de los romanos también sería aumentar. Sí, pero ¿cómo detener este Nápoles tan rápido? Allegri recuperará a Abate, Poli y Niang, lo que aún no le permite alegrarse, pero sí sonreír. Las dudas de Max vuelven a estar relacionadas con el papel del mediapunta, actualmente reducido a la triste papeleta Robinho-Birsa. Seguramente no dos primeras selecciones, aunque por razones diferentes, por lo que Milanello evalúa la hipótesis de un regreso a lo antiguo, aquel 4-3-3 vetado en la famosa noche de Arcore.

¿Berlusconi lo apreciaría? No se sabe, pero seguro que le gustaría aún menos una actuación al estilo de Turín y Celta, que casi seguro desembocaría en una derrota. De hecho, el Nápoles llegará fuerte de cuerpo y moral a San Siro. Todos los hombres están disponibles, tanto que Benítez tiene muchas opciones. Pandev-Insigne es una boleta real, de primera calidad, como entendió la otra tarde Jurgen Klopp y, en consecuencia, toda Europa. Ahora, sin embargo, los Azzurri también quieren asombrar a Italia, y en ese sentido la Scala del fútbol parece el escenario más adecuado. Milán tiene la tarea de restablecer las viejas jerarquías, si no para todo el campeonato, al menos por una noche.

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