comparte

Schumacher: “¿Más impuestos en Berna? Podría irme de Suiza”

El piloto alemán amenaza con mudarse al extranjero, dejando Suiza, si una propuesta popular (presentada en el Parlamento) se convierte en ley, cancelando algunas desgravaciones fiscales que Berna otorga a los superricos.

Schumacher: “¿Más impuestos en Berna? Podría irme de Suiza”

A ningún gran campeón deportivo le gusta pagar impuestos por contratos millonarios y patrocinios de oro. Miguel Schumacher no es una excepción, y amenaza con irse de Suiza si se aprueba una reforma fiscal que suprime algunos privilegios fiscales que benefician a los aproximadamente 5.500 residentes ultraricos del país.

Sin embargo, los tiempos aún son largos: no es un proyecto de ley sino una iniciativa popular depositada en el parlamento por partidos de izquierda. La propuesta, denominada "acabar con los privilegios fiscales de los millonariosfue aprobado con 103 firmas, y de ser aceptado, el expiloto de Ferrari -pero no solo él- se animaría a abandonar la tierra de los cantones, donde vive con su familia en una lujosa residencia a orillas del lago de Ginebra.

Schumacher se cree un ciudadano cosmopolita: como piloto de Fórmula 1 no considera que sus ganancias estén sujetas a impuestos en Berna, y en una entrevista con el diario alemán Der Sonntag lanzó anatemas contra la posible subida de impuestos.

Suiza es una encrucijada financiera que no puede dejar de verse afectada por la crisis de la deuda europea, tanto que se ve sometida a presiones internacionales para que renuncie al secreto bancario con el fin de denunciar el enorme capital "escondido" más allá de los Alpes, un botín conspicuo para el Estado arcas de los países vecinos.

Si se desmantelara el secreto bancario -mediante acuerdos europeos- y también se cancelaran del sistema fiscal los incentivos a los millonarios, el marco macroeconómico suizo podría sufrir, y no poco. Baste decir que desde hace más de un año el Banco Central tuvo que implementar un fuerte plan de compra de divisas, inundando el mercado de francos para evitar una apreciación excesiva de la moneda nacional, provocada por la entrada de capitales tanto de Europa como de Asia.

Los bonos del gobierno suizo y los blocaos de las instituciones de crédito podrían volverse relativamente poco atractivos, y los superricos de la mitad del mundo tendrían incentivos para mudarse a otro lugar.

La vinculación del franco al euro, por lo tanto, puede que ya no sea necesaria en el futuro, tal vez indicando un lento declive en las finanzas suizas. O un reequilibrio financiero en la eurozona que restablezca la confianza en la moneda continental, reduciendo la carrera por el refugio seguro de los activos financieros del país. Quién sabe si, poco a poco, Berna no reconsiderará su posición dentro de la Unión Europea.

Revisión