Salini se está preparando para lanzar un bono de 500 millones que servirá para optimizar la estructura financiera posterior a la fusión con Impregilo, incluso a través del reembolso anticipado de un "valor correspondiente al préstamo de oferta pública" con el que el grupo romano tomó el control de Impregilo después de un batalla sin límites contra Marcello Gavio. La fusión entre las dos constructoras fue aprobada hace unos diez días por el consejo de administración y deberá ser ratificada por las juntas de accionistas de septiembre, para estar operativa a partir de enero de 2014. El bono de 500 millones surge de la documentación relativa a la operación de fusión donde indica que se están ultimando los trámites necesarios para la emisión del préstamo, a la fecha de aprobación del proyecto de fusión (24 de junio). Es un bono de tasa fija con fecha de vencimiento de 2018.
La oferta promete ser bien recibida después de que el constructor romano Pietro Salini consiguiera llevar a cabo el ambicioso ataque al competidor Gavio, creara valor a las acciones (+46% en un año) y presentara un proyecto de integración que ha suscitado la aprobación del mercado. El plan tiene como objetivo aumentar la facturación en más del 60% en cuatro años y prevé sinergias de integración de casi 100 millones cuando esté en pleno funcionamiento a partir de 2016, mientras que los costos extraordinarios de aproximadamente 20-30 millones entre 2013 y 2014.
La relación de canje de la fusión inversa por incorporación de Salini a Impregilo es de 6,45 acciones de Impregilo por cada acción de Salini. Después de la operación, la participación accionarial verá a Salini Costruttori con una participación del 89,95% del capital, el 10,05% restante de otros accionistas. Pero el constructor romano ha dicho que está dispuesto a irse por debajo de la mayoría del capital de cara a un proyecto urbanístico en clave europea.
