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Saipem, ¿por qué no pensar en el modelo Prysmian? Mientras tanto, corte el cupón y presente un negro 2012

La petrolera cerró un 2012 negro: la solución es o la venta en Bolsa, o la empresa pública modelo Prysmian – El mercado sin embargo agradece que, por una vez por el consejo de administración de Saipem (+0,67% ad una hora desde el final de la negociación) no surgieron sorpresas con respecto a la advertencia de ganancias.

Saipem, ¿por qué no pensar en el modelo Prysmian? Mientras tanto, corte el cupón y presente un negro 2012

SAIPEM CORTA EL CUPÓN PERO ARCHIVA EL AÑO NEGRO. ¿POR QUÉ NO PENSAR EN EL MODELO PRYSMIAN?

Sin noticias, buenas noticias. El mercado agradece el hecho de que, por una vez, no surgieron sorpresas de la junta directiva de Saipem (+0,67% una hora después del final de la negociación) con respecto a la advertencia de ganancias. El balance final de 2012, de hecho, está en línea con los indicios que precedieron al desplome bursátil del pasado 30 de enero.

El recorte de cuentas y previsiones no afectó demasiado al dividendo: 0,68 euros por acción ordinaria, un 2,8% menos que el cupón reconocido el año anterior de acuerdo con la política de pay-out que prevé destinar un tercio del neto consolidado beneficio para remunerar a los accionistas.

La compañía cerró 2012 con un beneficio neto de 902 millones de euros, un 2,1% menos que en 2011. Más consistente fue la caída acusada por los beneficios en la última parte del año: -30,2% hasta los 180 millones. Al mismo tiempo, las inversiones técnicas ascendieron a 1,01 mil millones, los ingresos aumentaron un 6,2% a 13,37 mil millones, el beneficio operativo cayó un 0,8% a 1,48 mil millones. En cuanto a los nuevos pedidos, la alarma se reduce: crecen un 7% hasta los 13,39 millones, mientras que la cartera residual de pedidos a finales de diciembre asciende a 19,74 millones (-3,3%). La deuda financiera neta de Saipem a finales de diciembre ascendía a 4,28 millones de euros, 1,09 millones de euros superior a la de finales de diciembre de 2011 debido principalmente al aumento del capital circulante derivado del impacto de los términos contractuales de algunos contratos en curso.

Hasta ahora otra ráfaga de números tras el aviso de beneficios y el anuncio, tras el desplome de la bolsa, de nuevos pedidos por 3,3 millones. Sin olvidar los dos capítulos más candentes: a) la venta, en vísperas de la advertencia de beneficios del 2,3% por parte de BlackRock, la gestora más importante del mundo que "recortaba" las acciones antes de la caída del 30% a Massachusetts Financial Services, un fondo estadounidense con activos bajo administración de 338,2 millones de dólares; b) la madre de todos los problemas, a saber, el presunto soborno pagado por Saipem a notables argelinos para obtener un pedido de Sonatrach. Una historia que le costó a Paolo Scaroni, presidente y director ejecutivo de ENI, un allanamiento de su casa y oficina, así como su participación en el asunto como sospechoso de corrupción internacional.

En cuanto a la investigación de la Consob sobre la venta del paquete de Saipem, es probable que los inspectores de Las Vegas sólo puedan tomar nota de las declaraciones de los directivos estadounidenses: es difícil sacar hipótesis internas frente a "cerradas " transacciones entre contrapartes profesionales de ese tamaño. En el frente del expediente argelino, todo lo que tenemos que hacer es esperar. Y para reconocer que este enésimo "pick" a la economía pública podría acelerar la evolución de ENI. Tras dejar Snam, el propio Scaroni no descarta "repensar" el futuro de Saipem aunque la cuestión "no esté en la agenda".

Pero, ¿quién puede hacerse cargo de una parte tan importante? Una de dos cosas: o habrá una venta en Bolsa, o la creación de una empresa pública modelo Prysmian. O al traspaso a un accionista institucional, ver Cdp. La naturaleza de la empresa (industrial, no de servicios) podría recomendar la primera vía. Sin embargo, en este caso será necesario contar con un equipo de directivos como la expatrulla Pirelli que encabeza el ingeniero Battista: después de tanto estrés y vinculación con la política, quién sabe si todavía queda un núcleo duro en el ámbito público arriba. lo…

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