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Rossi, Banco de Italia: "No se puede crear equidad social con deuda"

Lectio magistralis en Ca' Foscari por el director general del Banco de Italia. Un llamado a la información correcta y la carga de traducir nociones económicas complejas de una manera sencilla. En cambio, "el fin de las ideologías ha dado paso al marketing político, que se ha convertido en el único lenguaje hablado por los políticos y entendido por las masas".

Rossi, Banco de Italia: "No se puede crear equidad social con deuda"

Divulgar la economía no es fácil y todos somos "extremadamente vulnerables, expuestos a todo tipo de errores o manipulaciones, incluso cuando creemos que hemos evolucionado lo suficiente como para no correr este riesgo".

De estas premisas parte la intervención del director general del Banco de Italia, Salvatore Rossi, durante la Lectio Magistralis celebrada en el campus económico de la Universidad Ca' Foscari de Venecia. El tema es de gran actualidad porque la necesidad de divulgar información seria y confiable choca cada vez más con la facilidad de divulgar, muchas veces en las redes sociales, "bulos" o noticias que no son del todo falsas sino parcialmente ciertas. Generando así desinformación, confusión e ilusiones fáciles. Especialmente si la mala información se utiliza con fines políticos. Pero los peligros del pasado incluso han empeorado hoy. “Cuando las ideologías se han desvanecido hasta casi desaparecer y el electorado se transformó en el público de un espectáculo continuo e interminable, yoEl marketing político se ha convertido en el único lenguaje hablado por los políticos en los regímenes democráticos a las masas y comprendido por ellas".

“Hoy el discurso entre electores y elegidos debe ser continuo, ininterrumpido –dijo Rossi– y darse a través de todo tipo de medios de comunicación, especialmente aquellos, como las redes sociales, de consumo instantáneo. Cabe señalar que todo esto no se aplica sólo a los hechos económicos en sentido estricto, sino también a otros campos de la acción administrativa y política, como la política exterior por ejemplo”. Si “para contar el estado de los intereses nacionales y las relaciones internacionales, se difunden narrativas basadas en técnicas de storytelling –para ser claros, las que están en la base de los dramas televisivos– para estimular los estados de ánimo del público; si cuenta el éxito de las calificaciones en el corto plazo, independientemente de la realidad efectiva de los intereses nacionales en el mediano y largo plazo; entonces al aparato diplomático de un país democrático le resulta cada vez más difícil dirigir la acción de gobernantes interesados ​​solo en la publicidad minuto a minuto del partido político de uno a los votantes actuales y potenciales".

Es necesario reflexionar, concluyó Rossi, sobre el hecho de que "la ciencia (incluida la economía) es efectivamente "democrática, pero sólo dentro de ella". “Todos los que están fuera de ella -subrayó- que es la comunidad de ciudadanos, deben confiar en que la comunidad científica tiene reglas estrictas, diseñadas para asegurar que trabaja en el mejor interés de toda la humanidad”. Rossi concluyó su lectio con una invitación perentoria a los economistas para que hicieran oír su voz. “Lo que en tiempos pasados ​​era sólo recomendable, es decir, que los economistas hicieran más y mejor difusión de buenas teorías y datos económicos validados, se vuelve imperativo y urgente en tiempos, como los actuales, de información económica omnipresente, mala o imprecisa, utilizada fines políticos. Afecta no sólo al buen nombre de la profesión económica, sino al correcto funcionamiento de nuestras sociedades democráticas”.

Los ejemplos con los que Rossi motivó su análisis son innumerables. Aquí hay uno. Italia crece poco y menos de lo que podría.” El cliché afirma que la economía italiana podría ser próspera y feliz si Europa, por estupidez teutona, y los mercados, por ocasionales antipatías políticas, no se impusieran una camiseta de solidez financiera. ". Pero ese no es el caso: "El problema principal de la economía italiana es que, cuando se produce algo (una maquinaria industrial, una opinión legal, una lección de historia), no se hace con la suficiente eficiencia". Y así, "la economía italiana sufre una desventaja competitiva y una falta de crecimiento en comparación con otras". Conclusión: “Las causas de esta situación son muchas y no las estamos discutiendo aquí. Una cosa es cierta: el problema no se resuelve induciendo al Estado a endeudarse”.

En su Lectio Rossi se dirige a los medios ya los investigadores pero no solo. La capacidad de difusión -entendida como capacidad de traducir pero también de podar e ir a lo esencial- “se ha vuelto imprescindible para frenar la deriva hacia la superficialidad, la aproximación, la falsedad, la manipulación que amenaza con desbordarnos. El que está en la trinchera y empuja laboriosamente la frontera del conocimiento en su pequeño campo, ya no puede volver la cabeza y decir: no es asunto mío, no puede ser asunto mío hacerle entender a mi vecino que es abogado o un plomero. Entonces se vuelven cómplices de los que hacen de la superficialidad o de la manipulación su credo. De los que transforman la política económica o exterior en marketing político instantáneo”. 

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