Un día difícil en tres de los principales países europeos. En Londres, París y Roma son tiempos difíciles.
En Londres, al margen de los enfrentamientos que están poniendo a prueba a la capital inglesa, el Banco de Inglaterra revisó hoy a la baja sus previsiones de crecimiento para el último trimestre en un país que creía encaminarse hacia una clara recuperación de su economía. En el último trimestre del año, según el banco central, el aumento del PIB (producto interno bruto) será de 2,5% en lugar del 2% previsto anteriormente. La Boe justificó la revisión de sus estimaciones con la crisis internacional. Pero los problemas sociales podrían tener más influencias negativas.
Nicolas Sarkozy regresó a París por motivos de urgencia después de unas vacaciones en la Costa Azul. Esta mañana convocó una reunión en el Elíseo con algunos de sus principales ministros, en particular, el ministro de Economía, François Baroin, y la ministra de Presupuesto, Valérie Pécresse. Se discutieron posibles vías para seguir actuando sobre el déficit público, que en relación con el PIB seguirá representando un 5,5% a finales de año y un 4,5% en 2012. El 24 de agosto, Sarkozy se comprometió a presentar concretamente las medidas. El objetivo del Presidente es despejar cualquier duda sobre el rigor financiero del Estado francés, a pesar de los rumores de los últimos días que no excluyen, tras el de EE.UU., una rebaja por parte de Standard & Poor's también de la deuda francesa, que en cambio al momento presente todavía puede presumir de triple A.
La reunión entre los interlocutores sociales y el ministro de Economía, Giulio Tremonti, que informará mañana al Parlamento, está prevista en Roma a las 17 horas. Hay que definir las medidas que dan contenido a la promesa de corregir la maniobra financiera realizada hace apenas un mes: la promesa que supuso el visto bueno a las compras de Btp por parte del BCE. Quién no puede parar: Italia no se lo puede permitir.
