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Roma-Nápoles, nuevo duelo por el segundo puesto

El Giallorossi de Spalletti debe vencer al Chievo en el Olímpico y esperar un paso en falso del Napoli en Turín para hacerse con el segundo puesto in extremis pero el conjunto de Sarri no tiene intención de regalar y apunta a quedarse con el puesto de honor - En Roma no habrá despedida Totti - En Nápoles Higuaín aspira a superar los récords de goles de Angelillo y Nordahl.

Roma-Nápoles, nuevo duelo por el segundo puesto

Un segundo lugar que es (casi) tan bueno como el primero. El duelo por la medalla de plata entre Nápoles y Roma está cada vez más reñido, como para tomar la portada de la Serie A de este domingo. Sobre el papel, el turno parecería más fácil para los giallorossi, enfrascados en el partido del almuerzo (12.30 horas) contra un Chievo es en gran forma pero sin motivaciones particulares, mientras que el Napoli tendrá que lidiar con el viaje a Turín, siempre delicado e impredecible. “Vendrán a jugar el partido, esta es su marca registrada – advirtió Spalletti, sin embargo, hablando del Veronese. – No es nada fácil ganarles, a estas alturas ya se han especializado en conseguir salvaciones tranquilas y son capaces de gastarle una broma a cualquiera”. El entrenador de los giallorossi no confía en él, por otro lado, su Roma ha mostrado a menudo límites de concentración que probablemente les costó mucho más que un segundo lugar. Sin embargo, la cura de Spalletti funcionó y ahora la medalla de plata está a sólo dos puntos de distancia, y con ella una clasificación directa a la Champions League que realmente marcaría la diferencia, tanto económica como de planificación. “Teniendo en cuenta de dónde partimos, sería un milagro – explicó el entrenador. – Los chicos aún merecen elogios por tomar el tercer lugar, ese era nuestro objetivo. Ahora intentaremos dar un paso más, sabiendo que los partidos no dependen solo de nosotros". El plan es simple: vencer a Chievo y pasar momentáneamente a +1 sobre Napoli, y luego animar descaradamente a Turín en el aplazamiento de la noche. Spalletti intentará conseguirlo centrándose en el habitual 4-3-3 todo técnica, músculo y velocidad. En defensa, frente a Szczesny, espacio para Florenzi, Manolas, Rudiger y Digne, volverá en el centro del campo el "trío de prodigios" Pjanic-Strootman-Nainggolan, en tridente de ataque sin puntos de referencia Salah-Perotti-El Shaarawy. Maran también confiará en las certezas habituales, por lo tanto 4-3-1-2 con Bizzarri entre los postes, Cacciatore, Gamberini, Cesar y Gobbi atrás, Rigoni, Radovanovic y Hetemaj en el medio campo, Castro en el trocar detrás de los delanteros Meggiorini y Floro Flores. A pesar de lo ocurrido a lo largo de la temporada, el Olímpico estará prácticamente agotado, pero aquí el efecto del segundo puesto no tiene nada que ver: el público, de hecho, había saqueado las entradas pensando que ese sería el último partido de Totti. Por otro lado, el Capitán, que ahora ha hecho las paces con Spalletti, está cerca de firmar una renovación para jugar un año más.

Unas horas más tarde, con el resultado de la Roma adquirida, será el turno del Nápoles. Una condición que a Sarri no le gusta nada y que en cambio, irónicamente (la Liga había pensado en el doble aplazamiento para garantizar la contemporaneidad con la Juve) sigue repitiéndose puntualmente. Pero los azzurri tienen una ventaja de 2 puntos en la clasificación y por tanto la posibilidad de llegar al gol sin pensar en los demás campos. “Torino es un excelente equipo con un gran entrenador pero habrá que sopesar las razones – explicó el técnico toscano, de nuevo en la conferencia tras el largo silencio de prensa de los últimos meses. – El nuestro será un campeonato excelente o extraordinario, dependerá de los dos últimos partidos. Sin embargo, desde el punto de vista del juego, nunca hemos sido segundos de nadie, me encanta ganar solo jugando de cierta manera. No tengo nada en contra del fútbol de Simeone, Dios no lo quiera, pero si propusiera un partido todo defensa y contraataque me iría a la media hora porque no me divertiría”. Mucha calidad a menudo se ha traducido en golpes importantes, mejorando así la fuerza de un ataque verdaderamente explosivo. Sobre todo Gonzalo Higuaín, a quien los rumores de Castelvolturno le dan más peso que nunca: Pipita, además de en segundo lugar, piensa en registros personales que le darían aún más prestigio. De momento son 32 goles en liga, 1 menos que el Angelillo (1958/59, sin embargo en ese momento el torneo eran 18 equipos) y 2 menos que el Nordahl, que en la 1949/50 llegó a los 35 (récord histórico aún invicto). “Pienso primero en el equipo, luego está claro que sería feliz si Gonzalo consiguiera sus objetivos”, matizó Sarri, decidido a conquistar Turín apoyándose en los propios dueños. Así un clásico 4-3-3 con Reina en la portería, Hysaj, Albiol, Koulibaly y Ghoulam en defensa, Allan, Jorginho y Hamsik en el centro del campo, Callejón, Higuaín e Insigne en ataque. Ventura, quizás en su último partido como local como técnico granata, responderá con un 3-5-2 que verá a Padelli en la portería, Bovo, Jansson y Gaston Silva atrás, Zappacosta, Benassi, Gazzi, Baselli y Bruno Peres en el centro del campo, Belotti y Martínez en la delantera.

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