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Roma y Nápoles bien, la carrera continúa

Roma y Nápoles no se rinden: ambos ganan y mandan una señal a la Juve - Los Giallorossi de Spalletti juegan al póquer contra Toro (4-1) mientras el equipo de Sarri conquista Verona al vencer 3-1 al Chievo

Roma y Nápoles bien, la carrera continúa

Roma y Nápoles no se rinden. Si alguien quería una respuesta de los primeros perseguidores del líder Juventus, seguro que no se defraudó: Giallorossi y Azzurri lograron dos victorias muy importantes, dando así una señal a los bianconeri (todavía firmemente al mando) y, sobre todo, a aquellos persiguiendo en la clasificación.

El próximo domingo habrá un choque entre Inter y Roma que promete chispazos, pero también uno entre Napoli y Atalanta que, clasificación en mano, tiene sustancialmente el mismo valor: presentarse con los 3 puntos de ayer, en definitiva, garantiza al menos una ventaja psicológica desde el principio

Sobre todo, los giallorossi están de fiesta, manteniendo un importantísimo segundo puesto en la clasificación. Ganar a Turín no era obvio, especialmente después de ver ganar a todos los perseguidores directos. Pero la Roma, para nada agotada por el compromiso europeo del jueves, supo afrontar el partido con mucha concentración y compromiso, no es casualidad que se encontrara 2-0 arriba sin ni siquiera 20' de juego.

El habitual Dzeko (10') despejó el impasse doblando a Salah (17'): dos goles bellísimos, pero ni remotamente comparables a la joya de Paredes, espléndido al perforar la portería de Hart con un misil tierra-aire desde fuera del área ( 66'). El gol de Maxi López solo sirvió para marcar el partido (84'), al igual que el de Nainggolan (91'), otro centro más en esta prolífica temporada.

“Los muchachos estuvieron bien, después de la victoria en la Europa League existía el riesgo de no tener el ritmo adecuado – comentó Spalletti – En cambio, inmediatamente nos metimos bien en el juego, presionando desde el primer minuto y mostrando nuestras cualidades. Tenemos que seguir así, tratando de ver la victoria como un fastidio continuo".

Jornada positiva también para el Napoli, que se deshizo así de la escoria madridista al encontrar un importantísimo éxito en Verona. El equipo de Sarri estaba llamado a ganar por puntos en la clasificación, claro, pero también a sortear los problemas surgidos durante la semana, cuando De Laurentiis tronó contra todo y todos (especialmente con Sarri) por la derrota ante la Real.

Hacía falta una prueba de carácter para olvidar o al menos dejar todo esto a un lado y los Azzurri lo encontraron, aunque con una actuación de dos caras. De hecho, la primera hora del Napoli fue excelente, no en vano cerró con un 3-0 que pudo haber sido aún más amplio.

Pero tras los goles de Insigne (su espléndido derechazo “alla Del Piero” en el 31’), Hamsik (38', aprovechando un desbarajuste de Gobbi y Sorrentino) y Zielinski (58', remate desviado por Spolli), los Azzurri mostraron la habitual bajada de concentración que incluso podría reabrir el partido.

Al gol de Meggiorini (72') le siguieron varias oportunidades del Chievo: nunca habrá contrapartida pero la sensación de que, en caso de empate 2-3, la final hubiera estado en llamas es bastante fuerte. Sin embargo, el de Napoli sigue siendo un domingo festivo, empero, manchado por algunas sombras.

En primer lugar la actuación de Pavoletti, lanzado por Sarri y demostrando una vez más ser un cuerpo extraño a los mecanismos del 4-3-3 azul, y luego la rigidez del propio entrenador: está bien perseverar en las ideas, pero de vez en cuando un poco de más flexibilidad táctica (¿por qué no cambiar a un sistema más defensivo en la final?) no vendría mal.

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