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Reformar para crecer: la verdadera apuesta del Gobierno de Renzi es un aumento del PIB del 1,5%

Un crecimiento del PIB del 1,5% con una inflación de la misma cantidad es una apuesta realista del gobierno de Renzi, pero el objetivo debe lograrse con reformas (empezando por las institucionales) y ciertamente no a través de un aumento del gasto público. Solo reformando se le puede pedir a Bruselas. por un mínimo de flexibilidad en los fondos europeos

Reformar para crecer: la verdadera apuesta del Gobierno de Renzi es un aumento del PIB del 1,5%

En la gestión de gran crisis que empezó en 2008 Europa ha sido lenta y ha cometido errores, pero también ha realizado algunos cambios fundamentales, desde los fondos de rescate hasta la unión bancaria, que pronto darán sus frutos. Italia ha hecho muchos sacrificios y ahora no puede tirarlos por la borda, pero debe dar los últimos pasos para cambiar algunas reglas anticuadas, empezando por las del funcionamiento del sistema político, que frenan el potencial de crecimiento del país.

Este es el mensaje básico que contiene la entrevista difundida por el Ministro de Economía Pier Carlo Padoan en La Repubblica, y que pretende por un lado contrarrestar el pesimismo de quienes juzgan que el euro y toda la construcción europea están en quiebra, y por otro consolidar esa leve mejora en el clima de expectativas que se empieza a respirar también en Italia , y que se evidencia en el retorno de la confianza de los inversionistas internacionales que están comprando cantidades significativas de nuestros bonos y acciones.

Es necesario restablecer una relación sólida entre Italia y Europa. Así que el fuerte clamor de quienes dicen que es necesario superar los parámetros de Maastricht y que nuestra recuperación depende del incremento del gasto público deficitario no sólo es erróneo, sino contraproducente, pues confirma las sospechas sobre la falta de confiabilidad de nuestro país entre las autoridades de Bruselas, y sobre todo corren el riesgo de alarmar a los inversores que por ahora vuelven convencidos de la capacidad de Italia para salir por sí sola del agujero negro en el que ha caído. Y para fortalecer la credibilidad de Italia, se necesitan pasos rápidos en la dirección de las reformas, aquellas capaces de inducir un cambio estructural en la forma en que funciona nuestro sistema. Padoan subraya que las enmiendas a la ley electoral y las enmiendas constitucionales al Senado y el Título V son una tarjeta de presentación importante para el resto del mundo. Contrariamente a la vulgata común según la cual con las reformas de las instituciones no se come, el ministro de Economía confirma lo dicho en reiteradas ocasiones Primer Ministro Matteo Renzi, a saber, que los inversores consideran que una gobernanza más eficaz es una condición previa indispensable para tomar en consideración a Italia como receptor de sus inversiones. La existencia de instituciones más sólidas es, además, lo que siempre ha beneficiado a Francia (pese a sus evidentes debilidades económicas) que todavía hoy viaja sobre un diferencial respecto a los bunds alemanes de 50 puntos básicos frente al nuestro de unos 180 puntos.

En las próximas semanas, también debemos poner en marcha las otras reformas de las que se ha hablado durante años: el mercado de trabajo, la liberalización de bienes y servicios, un sistema fiscal que penalice menos el trabajo y cambio en la administracion publica. Con la alforja repleta de estos logros, o en todo caso con el inicio de un camino que de certezas, podemos ir a Europa a negociar esos márgenes de flexibilidad que nos permitan anticipar los resultados esperados de la culminación de las reformas estructurales. ¿Y cuáles son estos márgenes? Seguramente no las que querría la izquierda, que pretende romper cualquier techo de déficit, sino las que permitirían el uso de fondos europeos sin cofinanciación de Italia o con cofinanciación no calculada a efectos del déficit. Para la deuda que, como se recordará a partir de 2016, deberíamos reducir en 50 millones al año, podríamos negociar una ampliación de los plazos. Y esto sobre todo porque, si queremos pagar los atrasos de la AP frente a las empresas, estas cantidades van a provocar un aumento de la deuda que sería importante poder compensar en un plazo más largo. Sobre el pacto fiscal hay que decir que las múltiples polémicas que se desatan a diario, especialmente en las pantallas de televisión, son totalmente infundadas. De hecho, como explicó claramente hace dos días el Gobernador del Banco de Italia Ignazio Visco, con un crecimiento en términos nominales del 3%, y manteniendo bajo control el gasto público, el descenso de la ratio deuda/PIB es automático, sin necesidad de mayores sacrificios por parte de los ciudadanos. ¿Podemos aspirar a un crecimiento en torno al 1,5% con una inflación del mismo tamaño?

Esta es la apuesta real de Renzi que Padoan apoya sin reservas. Tenemos que volver al crecimiento pero este no vendrá del gasto público, sino de las reformas que el país ha estado esperando durante muchos años. Se realizará la revisión del gasto y los recortes se utilizarán para financiar las deducciones del IRPF. El decreto para el pago de las deudas de las administraciones públicas está casi listo y esto aliviará la crisis crediticia que aún persiste. Por último, Padoan subraya que el propio presidente del Bundesbank ya no descarta intervenciones de "flexibilización cuantitativa" por parte del BCE, como ha hecho en EE.UU. la Fed. En definitiva, podemos mirar al futuro con un poco más de optimismo. Eso siempre que en Italia el sistema político tenga la percepción correcta de la persistencia de una situación crítica, pero también de las oportunidades que no podemos dejar pasar.

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