Tras el Brexit llega otro golpe a la Unión Europea. El Banco Nacional de la República Checa, el Banco Nacional CHECO, ha decidido desvincular la corona del euro. Por lo tanto, se abandonará el tipo de referencia de la moneda nacional, anclado durante tres años en 27 coronas por euro. La decisión se produce después de una reunión extraordinaria de política monetaria del Banco Nacional CHECO.
La suspensión del compromiso cambiario significa que éste se desplazará de acuerdo a la oferta y demanda en el mercado cambiario.
La República Checa ha decidido no salir de la UE (al menos por ahora), sino del vínculo que une la moneda nacional al euro. El tipo de cambio "fijo" con el euro se adoptó originalmente para evitar una apreciación o depreciación excesivas de la moneda local.
Los efectos de la decisión llegada desde Praga fueron inmediatos. Después de un breve y inicial fortalecimiento del euro, fue la corona la que registró un mini repunte de casi el 2% en algunas operaciones. El tipo de cambio se reposicionó alrededor de 26,5.
La decisión de la autoridad monetaria checa también está ligada, pero no solo, a consideraciones políticas dadas las próximas elecciones, que se celebrarán en otoño. Un plazo al que el primer ministro saliente, el socialdemócrata Bohuslav Sobotka, quiere llegar desde posiciones de la menor debilidad posible. El otro aspecto a tener en cuenta es que desde hace un tiempo la moneda checa estaba en el ojo de los especuladores que apostaban por su revalorización, obligando al Banco Nacional de Praga a intervenir en los mercados.
En 2015, fue Suiza la que se liberó del abrazo entre el franco y el euro, un movimiento que provocó un terremoto financiero internacional al golpear al euro con la depreciación más masiva desde que existe. De momento el euro se ha depreciado frente a la moneda checa pero se ha mantenido estable frente al dólar. Pero muchos se preguntan si la República Checa ha emprendido un camino que la está alejando inexorablemente de la Unión Europea, también en perspectiva a nivel político. Ante la reciente apreciación de la corona frente al euro y, por tanto, la pérdida de valor de las reservas checas en divisas fuertes, Praga no vio otra opción. Las únicas alternativas habrían sido ventas masivas de reservas o una carrera por unirse al euro. Y, sin embargo, es precisamente esta última perspectiva la que los pequeños países del Este más industrializado ven como una perspectiva poco atractiva.
