El primer ministro italiano, Matteo Renzi, se reunirá mañana con la canciller alemana, Angela Merkel, y debatirá con ella “el comportamiento de Alemania, que inicia todas las citas de la Unión Europea con una reunión bilateral con Francia. Estaría agradecido si Angela y François pudieran resolver todos los problemas, pero desafortunadamente no funciona así”. Esta es la polémica abierta por el primer ministro en una entrevista con el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
“Si buscas una estrategia global para resolver el tema de los refugiados –continuó Renzi– no puede ser suficiente si Merkel primero llama a Hollande y luego al presidente de la Comisión de la UE, Juncker, y me entero del resultado en la prensa. Como todos saben, respeto a Angela Merkel. La conocí antes de ser primer ministro y ya entonces le expliqué las reformas que tenía en mente. Ahora en Berlín podré informar sobre el progreso realizado. Hice lo que tenía que hacer y hoy puedo hablar desde otra posición incluso en los puntos de desacuerdo, sobre todo porque hay muchas más cosas en las que estamos de acuerdo”.
Por ejemplo, ambos “vemos el peligro de que Europa se pierda y que sólo queden ruinas –añadió el Premier–, como las de los mayas. Si queremos salvar Europa, también debemos salvar nuestra cultura. Cuando se trata de Europa, la ideología del 0,1 % o el 0,2 % del déficit presupuestario no puede ser central, pero debe ser sobre nuestro patrimonio y nuestro futuro común”.
Sobre el tema de los refugiados, Renzi admite que "necesitamos controlar mejor las fronteras europeas", pero la decisión sobre quién puede quedarse y quién debe ser enviado a casa "no puede ser responsabilidad de los estados individuales, sino que debe tomarse en nombre y en nombre de Europa”.
El primer ministro admite que en el pasado Italia no ha registrado a todos los inmigrantes, "pero mientras tanto hemos abierto algunos puntos calientes en Sicilia y estamos instalando otro en el noreste". Finalmente, Renzi se pronuncia en contra de poner techos y cuotas: “Necesitamos un plan europeo que respete los derechos humanos y no decisiones precipitadas dictadas por la emoción”.
