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King Wiggins hipoteca un Tour que corre el riesgo de ya acabarse

TOUR DE FRANCIA – Después de la contrarreloj de Besançon, la Grande Boucle habla cada vez más inglés: después de Bradley está Froome, el "gregario" que se confirma como la gran revelación. Hoy descanso antes de los Alpes: para Nibali y Evans, retrasados ​​pero aún en carrera, toca intentar poner en aprietos el liderato del Team Sky

King Wiggins hipoteca un Tour que corre el riesgo de ya acabarse

El Tour habla cada vez más inglés. Inglés puro como el de Bradley Wiggins, gobernante de la contrarreloj de ayer en Besançon, que con 32 años decidió que podía ganar el Tour, proponiéndose precisamente como punto de inflexión entre un ciclismo de ganadores que se ayudaban con medicinas prohibidas, ciclistas definidos por el propio Wiggins como falsos, y un ciclismo , quizá menos épica pero más limpia, de la que el inglés se autoproclama, coram populo, el nuevo abanderado.

Wiggins ciertamente dio un espectáculo ayer, superando a rivales de pie y especialistas en contrarreloj como Fabian Cancellara y David Millar. Hoy, antes de emprender de nuevo rumbo a los Alpes, el Tour descansa meditando sobre lo que puede pasar para que no tenga un final ya previsible. La carrera contra el tiempo ha tenido un árbitro crudo pero indiscutible: hay un rey absoluto y su escudero de confianza, Christopher Froome, también inglés, dispuestos a heredar su poder en caso de un imprevisible "apagón" del soberano. Detrás solo se pueden ver semilleros de rebeldes golpeados pero aún no domesticados (Evans, Nibali y quizás Menchov), el resto es un pelotón de "miserables" solo para recordar a Victor Hugo que nació aquí en Besançon. Estamos a solo un tercio del camino Gran Boucle y ya todo el mundo habla del Tour terminado, después de ver ese monumento de estilo que es Wiggins enfrascado en la contrarreloj, fuerte en ritmo, nunca averiado en los muchos altibajos de la etapa de ayer de 41,5 km, formidable para revivir la velocidad en cada codo doblado. Solo Chris Froome (a los 35”) y Cancellara (a los 57”) lograron mantener la brecha en un minuto. Froome confirma otra revelación del poderosísimo Team Sky: el keniano naturalizado inglés, si bien aún no es más fuerte que su capitán, tiene su edad y por tanto todo el tiempo para convertirse en uno. Otros cuatro terminaron en dos minutos y entre ellos está Cadel Evans, sexto, que se dejó 1'43" en el campo, retraso que le aleja a 1'53" de Wiggins en la clasificación, aunque mantiene la segunda posición por apenas 14. ” en el tercero que es Froome. Buena actuación del estadounidense Van Garderen, que tras la crisis sufrida en las colinas suizas del Jura el domingo, volvió de forma brillante conquistando la cuarta plaza con 1'06”. Detrás de él Sylvain Chavanel pero el retraso acumulado en la etapa anterior dejó al francés fuera del top ten del Tour.

La diferencia con Wiggins acusada por Vincenzo Nibali fue de más de dos minutos: una carrera, la del escalador siciliano, que dice mucho de sus ansias de podio en este Tour. Nibali se defendió con los dientes y en la línea de meta no ocultó su satisfacción, no sólo por no haber recibido el temido golpe de Wiggins, sino por haberlo superado por un segundo a Dennis Menchov. Ahora llegan los Alpes, el terreno más propicio para que espere desafiar el poder desmedido del maillot amarillo. Nibali podría contar con Cadel Evans como aliado para la ocasión, que tras el retraso acusado en Besançon, con otra contrarreloj de 50 km prevista por el Tour todo a favor de Wiggins, también tendrá que atacar en la montaña si aún tiene esperanzas de hacerlo. repetir el éxito del año pasado. Más difícil será para Nibali contar con Ivan Basso, que parte cada vez más hacia el ocaso, en dificultad en el Jura, desprendido como cualquier seguidor en la contrarreloj de Besançon: 56º a casi cinco minutos de Wiggins. Malo también estuvo Michele Scarponi (53º a 4'50”), que tal y como está yendo sólo debería estar agradeciendo ese chuletón “dopado” de Contador que le dio la victoria perdida del Giro de Italia 2011.

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