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Prometeia: PIB +3,9% en 2022, pero Italia puede sorprender incluso en 2023

Prometeia ha elevado sus estimaciones de PIB para 2022 y 2023, reduciendo las de inflación. Italia podría resistir mejor que otras economías de la eurozona, pero depende de 3 condiciones

Prometeia: PIB +3,9% en 2022, pero Italia puede sorprender incluso en 2023

Los riesgos son muchos y el camino angosto, pero la economía italiana podría salir de la crisis energética al ritmo de las otras grandes economías de la zona del euro, después de mostrar una resiliencia aún mayor en la situación posterior a la pandemia que nunca antes en los últimos 25 años. Los expertos lo predicen Prometheia en el último informe de pronóstico de diciembre.

Prometeia revisa al alza sus estimaciones de PIB

en 2022 la economía italiana crecerá un 3,9%. Esta es la estimación de Prometeia, que sube medio punto porcentual (desde +3,4%) la previsión anterior publicada en septiembre. También van al alza las estimaciones para 2023, año en el que Italia podría crecer un 0,4% (+0,3% frente al 0,1% estimado hace 3 meses). 


Por la eurozona el crecimiento será del 3,4% en 2022 y del 0,1% en 2023. “Estos rendimientos superiores a las expectativas -explica Prometeia- son posibles sobre todo gracias a las medidas de política presupuestaria que han contrastado la recesión en los últimos años, apoyando a familias y empresas. Recesión técnica evitada durante este invierno, la detención sustancial del crecimiento del PIB durante un año será, en cualquier caso, el precio macroeconómico pagado por la crisis del gas vinculada al conflicto en Ucrania”.

Prometeia: baja la inflación en 2023

El escenario Prometeia se basa en tres condiciones principales. El primero se refiere a los precios al consumidor. La asociación espera que en 2023, la inflación bajará al 5,8% del 8,4% en 2022. Incluso si los precios del gas caen a partir de la próxima primavera, los costos de energía sin embargo, se mantendrán estructuralmente más altos que en el pasado y los hogares y las empresas deberán adaptar sus hábitos de consumo a este cambio, según los expertos.

La segunda condición se refiere la política monetaria del BCE que no debe acelerar la restricción. “Una condición esencial es también que la política monetaria no presione demasiado para obtener un retorno rápido de la inflación, generando así una recesión real – dice el informe -. Las recientes declaraciones de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, no son muy tranquilizadoras en este sentido. En esta circunstancia, nuestro país correría el riesgo de pagar un costo muy alto, porque el costo del servicio de la deuda pública se elevaría a niveles que podrían comprometer aún más el crecimiento, requiriendo medidas correctivas”.

Finalmente política presupuestaria debe mantenerse en un camino virtuoso. “La deuda tendrá que volver a una senda de reducción paulatina. El coste de la deuda ya ha subido como consecuencia de la rápida subida de los tipos de interés, y tendrá que enfrentarse a los mercados de forma más abierta en el futuro, dado el final de los programas de compra de deuda del Banco Central Europeo y la progresiva desinversión de los valores en el cartera, lo que hará necesaria su colocación con inversionistas privados, nacionales y extranjeros.

Sentencia sobre la ley de Presupuestos

Según Prometeia, la primera ley de presupuesto presentada por el nuevo ejecutivo es eampliable solo para 2023, por 1,1 puntos porcentuales del PIB, con una composición que limita su impacto sobre el crecimiento a 0,2 puntos.

 “En los próximos años, cuando presumiblemente vuelvan a entrar en vigor las normas actualmente suspendidas del Pacto de Estabilidad (o una versión reformada de las mismas) -explican los expertos de la asociación de Bolonia- la maniobra será sustancialmente neutral".

“Por lo tanto, la economía italiana ya no podrá contar con una política presupuestaria expansiva, y solo el iintervenciones financiadas por el Pnrr podrán proporcionar, si se utilizan correctamente, un apoyo conspicuo al crecimiento”. La maniobra presentada por el gobierno -subrayan los expertos de Prometeia- es de reducidas dimensiones, 39 millones de euros brutos en 2023, de los que una parte importante, 23 millones, se destinan a refinanciar medidas ya en vigor, desde contrastar los altos precios de la energía hasta reducir la cuña fiscal.

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