comparte

Prometeia-Intesa: es la industria automotriz la que está frenando la industria italiana

En el balance final de los primeros once meses de 2018, la facturación de la fabricación italiana aumentó un 3.2%, pero el crecimiento se ha ralentizado desde el verano y las perspectivas para 2019 siguen siendo inciertas: el análisis de los sectores industriales de Prometeia e Intesa Sanpaolo.

Prometeia-Intesa: es la industria automotriz la que está frenando la industria italiana

La facturación de la fabricación italiana aumentó un 3.2% en valores corrientes en el período enero-noviembre y un 1.9% neto del aumento de los precios (+1.3% de media durante los primeros once meses de 2018), sostenido en gran parte del año por aumentos en los insumos de producción. La producción manufacturera también cerró los once primeros meses del año expandiéndose solo moderadamente (+2.1%), en línea con la evolución de la facturación a precios constantes. Es lo que se desprende del Análisis de Sectores Industriales, un estudio publicado por Prometeia e Intesa Sanpaolo, que no obstante muestra signos de atenuación del crecimiento a partir de los meses de verano, que reflejan un deterioro progresivo del entorno operativo. “La demanda interna ha perdido impulso, especialmente en términos de inversiones en maquinaria y consumo duradero. La demanda externa fue el motor, aunque en un contexto de desaceleración de las tasas de crecimiento de las exportaciones, en consonancia con la evolución del comercio internacional”, explica la investigación.

CRISIS AUTOMOTRIZ

La fase de ralentización, común a los principales actores de la UE, viene impulsada por el sector de la automoción, debido principalmente a los nuevos procedimientos de homologación de vehículos, que han generado tensiones en los sistemas, alargando los tiempos de entrega. A los factores puramente temporales se sumaron luego elementos de carácter más estructural, por el lado de la demanda, como el progresivo y fisiológico agotamiento del componente duradero en las compras de los hogares y la desafección hacia los motores diésel, lo que presagia una aceleración en el proceso de transición hacia eléctrico. El choque automovilístico, según Prometeia e Intesa Sanpaolo, tuvo un impacto significativo en el crecimiento de todos los países europeos, extendiéndose también a los sectores situados aguas arriba de la cadena de suministro: productos metálicos, caucho-plástico, productos químicos. Este último también se vio penalizado por la volatilidad de los precios del petróleo durante el año y, en Alemania, por los cuellos de botella en las plantas provocados por la sequía del Rin.

También en Italia, por tanto, el principal factor que frenó el crecimiento en 2018 provino del sector del automóvil, que registró un -1.7% saldo final de los primeros 11 mesestanto en términos de producción como de facturación. Por el contrario, doce sectores de los quince analizados presentan una evolución positiva de la facturación en 2018, aunque en un escenario de ralentización generalizada, frente a una primera parte del año más brillante. Entre los de mejor desempeño destacan Electrónica, Farmacéutica y Mecánica, sobre todo gracias al motor de los mercados exteriores. El desempeño de la cadena de suministro del metal (Metalurgia y Productos Metálicos) también estuvo por encima del promedio, sostenido, a pesar de la desaceleración del automóvil, sobre todo por la mecánica, pero también por un efecto precio: los precios de los metales continuaron creciendo durante la primera mitad de 2018. los aumentos en los precios de las materias primas energéticas, por otro lado, apoyaron la facturación de los productos químicos intermedios, especialmente de las empresas de química básica.

La evolución de la rotación del sistema de la moda (más viva en correspondencia con la cadena de suministro de cuero, curtidos y calzado) y en la Ingeniería Eléctrica (donde conviven diferentes situaciones, la iluminación y los componentes más cercanos a la automoción son menos brillantes). Más moderado fue el crecimiento del Mueble (entre los pocos sectores que, sin embargo, no se han visto afectados por la ralentización de la segunda mitad del año), de Otros intermedios (automoción es el principal motor del sector caucho-plástico), de Alimentos y bebidas y productos de construcción (condicionado por una recuperación del ciclo de la construcción que aún no es sólida). El sector FMCG no es muy dinámico. Electrodomésticos sigue en dificultades, debido a una base productiva muy reducida, que muestra dificultades para interceptar la demanda.

PERSPECTIVAS 2019

Los indicadores adelantados coinciden en pintar un cuadro de mayor deterioro del entorno operativo de fabricación italiano durante 2019, comenzando con los pedidos, que ofrecen un resumen de las perspectivas a corto plazo. Los pedidos totales muestran un aumento moderado en su conjunto en los primeros once meses de 2018 (+2.3% interanual), pero con un retroceso en los últimos meses del año. Los pedidos nacionales son los que más se ralentizan (+1.5%, enero-noviembre), frente a un mayor dinamismo de los extranjeros (+4.4% en el mismo periodo). Sin embargo, desde un punto de vista sectorial, el enfriamiento de pedidos afectó principalmente a vehículos de motor y motocicletas, mecánica y farmacéutica (en relación con esta última, sobre todo en el componente exterior).

También se desprenden signos no alentadores de la evolución del índice de confianza empresarial, con una tendencia negativa común a todos los países europeos. En particular, empeora el sentimiento sobre la demanda y la producción, derivado de preocupaciones vinculadas tanto a la economía nacional como al escenario internacional, lleno de incógnitas. De hecho, el comercio mundial podría desacelerarse significativamente si se reavivaran las tensiones en el frente arancelario (por ejemplo, fracaso de las negociaciones en curso entre Estados Unidos y China). El resultado incierto de las negociaciones del Brexit también pesa sobre la economía europea. La imagen de alta incertidumbre también penaliza los planes de inversión de las empresas. Los indicios que surgen de la encuesta del Banco de Italia-Sole 24Ore confirman un empeoramiento de las evaluaciones sobre las condiciones de inversión, con un saldo en territorio negativo en niveles similares a los observados en 2013.

 

Revisión