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Muy pocos habían previsto y quizás pocos han entendido

"EL MEDITERRÁNEO DE LOS OTROS - Las revueltas árabes entre el desarrollo y la democracia", Bocconi University Editore, es un nuevo libro de Rony Hamaui que busca superar la desconfianza que ha caracterizado la forma en que los mundos islámico y cristiano se han mirado. Con la amable autorización del autor publicamos parte de la INTRODUCCIÓN

Muy pocos habían previsto y quizás pocos han entendido

Apenas unas semanas antes de que estallaran los primeros disturbios en Túnez, el Fondo Monetario Internacional había publicado un informe que mostraba cuánto países del norte de África y Oriente Medio (Mena) había superado fácilmente la crisis económica y financiera. en el 2010 las economías egipcia y siria habían crecido a tasas superiores al 5%, mientras que las tunecinas y marroquíes habían rozado el 4%, casi el doble del crecimiento de América y sobre todo de Europa. Por lo tanto, la tasa de desempleo de muchos países árabes importadores de petróleo estaba disminuyendo, aunque lentamente, desde los valores tradicionalmente altos. El aumento de los precios del petróleoo, que rozaba los 100 dólares el barril al cierre del año, también hicieron que las perspectivas de desarrollo de los países del Golfo fueran excelentes, que dependen muy significativamente de los precios del crudo. Ciertamente, el aumento de los precios de los productos básicos agrícolas, que superó el 30%, suscitó algunas preocupaciones, pero la red de subsidios establecida fue más que sostenible por los presupuestos públicos y las cómodas reservas oficiales.

Incluso desde un punto de vista politico la situación parecía aparentemente relativamente tranquila. En Egipto en noviembre de 2010 las elecciones parlamentarias dieron una victoria triunfal al PND de Mubarak en un clima de incertidumbre por el estado de salud del presidente y el habitual fraude electoral. En Túnez y Siria la posición de Ben Ali y Assad parecía sólida, mientras que nel Yemen la vida política estuvo marcada por los ataques habituales, pero la posición de Saleh no fue cuestionada por nadie, también porque los saudíes lo apoyaban incondicionalmente.

Sin embargo, ya entonces se podía registrar un retraso en el desarrollo socioeconómico de la zona. Y en la base de este atraso está, a nuestro juicio, la falta de apertura al resto del mundo y un modelo de desarrollo basado más en la sustitución de importaciones que en la exportación. De esta forma, los países MENA no han podido aprovechar el proceso de globalización que ha afectado al planeta en las últimas décadas y que ha jugado un papel fundamental en la determinación del extraordinario crecimiento de los países asiáticos.

En los últimos treinta años muchos países del globo han experimentado una evolución democrática, gracias a la caída del imperio soviético, el fin de muchos regímenes militares en América Latina y el desmoronamiento de numerosas dictaduras asiáticas. Oriente Medio, desde este punto de vista, no ha experimentado en absoluto una evolución similar y representa, en este sentido, una lamentable excepción. La longevidad de los gobiernos no es más que un indicador de esclerosis política.

¿Cómo explicas semejante retraso? Existe amplia evidencia empírica que muestra que los países más ricos tienden a ser más democráticos y menos raramente se convierten en dictaduras autoritarias. Este es el llamado "teoría de la modernización”, que tiene sus raíces en los filósofos de la Ilustración del siglo XVIII. Obviamente esta no es una relación determinista ya que muchos otros factores influyen tanto en el desarrollo económico como en el régimen político de un país. Desde nuestro punto de vista lo más interesante es que casi todos los países árabes parecen haber superado el umbral de ingresos considerado esencial para el desarrollo de las instituciones democráticas. Esto es, por supuesto, especialmente cierto para los productores de petróleo que tienen ingresos per cápita más altos.

En estos países se confirma ampliamente lo que muchos estudiosos llaman la maldición del estado rentista: bajo crecimiento económico, fuerte probabilidad de guerras civiles y baja propensión a desarrollar instituciones democráticas. Ni el análisis teórico-doctrinal, ni la evidencia histórica y econométrica, que hemos repasado, parecen capaces de dar respuestas definitivas sobre la contribución del Islam al desarrollo económico-institucional. Por otro lado, parecería que los países islámicos presentan situaciones socioeconómicas algo diferenciadas y dependen, más bien, del área geográfica a la que pertenecen.. Típico es el caso deIndonesia, que ha conseguido subirse al carro de los tigres asiáticos, o al de Turquía, que afortunadamente aún mantiene fuertes lazos con Europa.

En los últimos años, las ciencias económicas y políticas también han demostrado cómo la fragmentación étnica, lingüística, cultural y religiosa puede ser un fuerte obstáculo para el proceso de crecimiento económico y para la creación de instituciones eficientes y democráticas. Desde este punto de vista mostramos cómo los países árabes son mucho menos homogéneos de lo que podría parecer a los ojos de un occidental. Esta fuerte heterogeneidad del área parece ser un factor que ayuda a explicar el pobre desarrollo económico y el atraso de las instituciones.

Todo esto nos permite construir algunos escenarios para el futuro. Y especialmente el juego más importante se jugará en el terreno macroeconómico en los próximos años. Si es cierto que el principal problema de los países del norte de África y Oriente Medio ha sido un modelo de desarrollo demasiado cerrado y poco dispuesto a integrarse con el resto del mundo, sólo una actitud político-cultural diferente hacia el mundo exterior conseguirá permitir que las economías de los países árabes encuentren el ritmo adecuado de crecimiento. Esta fue, además, la actitud que acompañó al mundo árabe en el momento de su mejor esplendor. Esta sería también la mejor vitamina para fortalecer los jóvenes brotes de las democracias árabes.

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