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Piero Borghini, Milán: Sala es el más indicado para ser alcalde

El éxito de la Expo y la victoria en las primarias conquistadas con humildad, autoridad y juego limpio hacen de Giuseppe Sala el candidato más idóneo para la alcaldía de Milán que, como dijo Piero Bassetti, hoy sobre todo necesita "transformar en energía pura las grandes cantidad de vapor que emite la Expo”: Sala no tiene rivales en este

Al final, en Milán, el partido se jugará entre dos técnicos: Giuseppe Sala por el centro-izquierda y Stefano Parisi por el centro-derecha. Según algunos, la política saldría humillada. En realidad, lo contrario es cierto. Si se reemplaza la palabra gerente por la palabra competente, o capaz de manejar situaciones complejas, uno se da cuenta de inmediato que la política, entendida como la capacidad de comprender los problemas de la sociedad y encontrar formas de resolverlos, solo puede salir con ventaja.

Al fin y al cabo, se trata de dos personas que han demostrado la capacidad de gestionar situaciones complejas a cierto nivel y que ahora aspiran a hacer lo mismo a un nivel superior, que no atañe simplemente a una empresa, sino a toda una ciudad. . Es una cuestión de ambición y en estos casos, como apuntaba Antonio Gramsci, cuanto mayor sea la ambición, en el sentido de la importancia de las cosas que uno quiere tratar, mejor. Después de eso, la política es habilidad y cultura y es aquí donde se ve si la ambición se corresponde con el mérito.

En el caso de Giuseppe Sala, diría que esta prueba ya se ha dado en al menos dos ocasiones muy importantes. El primero es, naturalmente, el de la Expo. Solo aquellos que no saben lo que fue pueden argumentar que fue cosa del gerente. En realidad, Sala no solo tuvo la (inmensa) tarea de construir el sitio, sino que tuvo que lidiar con tres gobiernos diferentes, dos alcaldes y dos gobernadores regionales. Con embajadas, consulados y cancillerías internacionales. Tuvo que tomar decisiones drásticas sobre la propia naturaleza del evento, venciendo resistencias de todo tipo y debiendo construir por sí mismo los necesarios consensos en una relación original con intelectuales, sindicatos, ONG, etc. Lo cierto es que, en su lugar, cualquier directivo, careciendo de la ambición, la tenacidad y, habría que añadir, el desinterés personal necesarios, lo habría echado todo a perder. Salón no.

La segunda ocasión es, por supuesto, su victoria en las primarias de centroizquierda. Clara victoria obtenida en terreno desconocido y en gran parte sesgado, cuando no abiertamente hostil. Sin embargo, lo hizo, moviéndose con gran humildad pero también con gran autoridad y, sobre todo, juego limpio. Exactamente las tres cualidades que lo convierten hoy en día en el único candidato capaz de evitar que el centroizquierda se divida, además de hacerlo ganar.

Hoy, la principal necesidad de Milán, como dijo con autoridad Piero Bassetti, es “transformar la gran cantidad de vapor emitido por la Expo en energía pura”. En este llano Sala no tiene rivales.

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