Pérdidas monumentales para Dexia en 2011: 11,6 millones de euros el total de todo el año, atribuible a dos grandes factores: la crisis de la deuda griega (que costó al banco franco-belga 4,6 millones de euros) y el desmantelamiento iniciado el pasado mes de octubre.
El balance del banco asciende a la todavía colosal cifra de 413 millones de euros (de los cuales 110 en proceso de venta), por debajo de los 651 millones de 2008, y deben ser financiados, por lo que el grupo ha pedido préstamos por 88 millones a los bancos centrales de Francia, Bélgica y Luxemburgo, así como como buscar fondos en el mercado pero con garantías de Francia y Bélgica.
Esto significa que las pérdidas monstruosas recaerán sobre los contribuyentes de los dos países. Por tanto, Dexia corre el riesgo de pasar de una situación concursal controlada a una concursal brutal.