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Pd, primarias: la ilusión de la carrera por la izquierda

De los tres candidatos en las primarias del Partido Demócrata, sabemos todo excepto lo más importante: ¿a qué Partido Demócrata quieren? ¿La movida a la izquierda sobre el modelo Ulivo que gusta a Zingaretti o la reformista y europeísta que excluye alianzas con el Cinco Estrellas como quiere Giachetti? La prueba antipopulista de la lista Calenda y la ilusión de que solo hay que moverse a la izquierda para recuperar votos – VIDEO.

Pd, primarias: la ilusión de la carrera por la izquierda

De los tres candidatos a la secretaría quiénes competirán en las primarias el domingo 3 de marzo se sabe casi todo sobre el PD menos lo que mas importa y es: cual tipo de partido democrático, si ganan, pretenden promover.

Quieren un PD en formato Olive, suficientemente indistinto y ambiguo para poder atraer tanto a los votantes que están a su izquierda como a los que están a la derecha, como parecería querer con su indistinto "gran campo" Nicola Zingaretti, o quieren un PD que acentúa su perfil democrático, reformista, europeísta y garantizada de tal forma que excluye a priori cualquier posible alianza con el 5 Estrellas y con la Liga, como parecería querer Roberto Giachetti? Estas dos hipótesis entran en conflicto y hubiera sido más correcto si los miembros y votantes se hubieran colocado claramente ante esta elección. Pero no sucedió así, y es una pena.

Una buena prueba para saber en qué dirección pretende ir el PD es la actitud que tiene el nuevo secretario asumirá la propuesta del exministro de Desarrollo Económico Carlo Calenda. Como es sabido, Calenda ha propuesto que el PD, de cara a las elecciones europeas, impulse una "lista nacional" en la que participen todas aquellas fuerzas sociales, políticas y culturales que comparten la plataforma "Somos Europeos", plataforma a la que se sumaron Zingaretti, Martina y Giachetti y que ya ha recogido unas 200.000 firmas.

En él se esbozan los contenidos con inequívoca claridad. de la batalla en la que deben participar las fuerzas reformistas y europeístas italianas: continuar el esfuerzo para llevar adelante el proceso de reforma iniciado por los gobiernos de Renzi y Gentiloni, contrarrestando el intento de reforma del gobierno amarillo-verde y comprometerse con gran lealtad y determinación en el esfuerzo por reformar la Unión Europea, no para debilitarlo, como quisieran Salvini y Di Maio, sino para fortalecerlo. Es una plataforma que es cualquier cosa menos moderada. Es una plataforma europeísta, reformista y garante lo que también marca una distinción insuperable contra los populistas. Si el PD optara por avanzar en esta dirección, no solo sino junto con todas las demás fuerzas europeístas y reformistas, entonces sería posible poner en marcha un proceso político y cultural de recomposición unitaria de este campo hasta llegar (por qué no ?) en el creación de una nueva y más amplia formación política democrática.

¿Es realista pensar eso? I credo decir que sí, porque el sistema político italiano es cualquier cosa menos estático. Desde 1992 hasta hoy  está en constante evolución y transformación y está lejos de haber encontrado su lugar asentamiento. Voluntad también es cierto, como dicen, que ya no tiene mucho sentido hablar de derecha e izquierda, pero es igualmente cierto que la desaparición de las viejas formaciones políticas no ha llevado ni lleva a la desaparición de las culturas políticas y de las diversas orientaciones ideales que por el contrario sobreviven y continúan manifestándose, tanto incluso en nuevas formas.

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Los hay, por supuesto, conservadores, así como los hay moderados, reformistas, liberales, socialdemócratas, antagonistas y movimentistas y hoy también populistas y soberanistas. Estas tendencias políticas y culturales resurgen continuamente tanto aunque de una manera diferente que en el pasado. Imaginemos, pues, que las fuerzas democráticas, reformistas y europeístas puedan converger y crear una nueva formación no es una ilusión. O, al menos, no más de tanto como creer en la posibilidad de recrear las formas del pasado (el viejo gran partido de masas, la empresa) o volver a la bipolaridad de los años noventa, así el del Olivo de Prodi y el centro-derecha de Berlusconi. No será así. 

Salvini no piensa en absoluto en volver al viejo centroderecha. Piense más bien en una nueva agregación con Fratelli D'Italia y con los 5 Estrellas como Di Maio. A la izquierda están los que imaginan la creación de una nueva agregación con el Partido Democrático, Leu, la Izquierda Italiana y las 5 estrellas de Fico, una suerte de Podemos a la italiana deseada  no solo de Travaglio, sino también de Mieli e incluso de Cacciari, que así lo creen para frenar la soberanía de la Liga del Norte. Pero esto también es una ilusión. Si de hecho algo como esto realmente debería entonces para la izquierda reformista y europeísta quedaría sólo una elección posible: la de colocarse, distinguiéndose, en elespacio entre la izquierda antagónica y la derecha soberana tratar de unir todas las fuerzas democráticas y liberales en el desafío, lo que puede no ser el caso distante, para el gobierno del país.

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