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Gimnasios, sushi, tabaquismo, alcohol y apuestas: esto es lo que cambia con el decreto Balduzzi

Las medidas más controvertidas de la reforma sanitaria son precisamente las que deberían promover un estilo de vida correcto - Se ha desvelado el amarillo de la "errata" en los certificados de gimnasios y piscinas: no hay médico deportivo, bastará el médico de familia - Señalización obligatoria para sushi y otros alimentos crudos: medidas enérgicas contra los cigarrillos, los juegos de azar y el alcohol fuerte.

Gimnasios, sushi, tabaquismo, alcohol y apuestas: esto es lo que cambia con el decreto Balduzzi

No solo médicos, intramoenia y tarifas. El ministro de Salud, Renato Balduzzi, parece muy preocupado por el estilo de vida de los italianos. Una reflexión que se desprende de varias medidas contenidas en el Decreto entrante de Salud: desde las etiquetas de los alimentos crudos hasta el endurecimiento de las penas para quienes vendan cigarrillos a menores, pasando por la represión del juego y los nuevos certificados médicos que se expondrán en gimnasios y piscinas.

CERTIFICADOS EN GIMNASIOS Y PISCINAS: ¿MÉDICOS DEPORTIVOS O DE FAMILIA?

Las controversias más acaloradas surgieron precisamente sobre este último punto. En un principio se pensó que el ministro pretendía obligar a todos los aspirantes a deportistas -incluso a los que no tienen ningún deseo de competir- a ser examinados por un especialista en medicina deportiva. Pero luego vino el cambio de rumbo: incluso el médico de familia normal servirá, pero el certificado aún tendrá que ser más detallado que en el pasado. El culpable del malentendido parece haber sido "un error tipográfico" en el borrador. En definitiva, el texto probablemente llegue al Consejo de Ministros el 31 de agosto, pero su estructura es aún provisional.

JUEGO: LA ZONA LIBRE ALREDEDOR DE LAS TRAGAPERRAS Y EL VIDEOPOKER

Las medidas relativas a los juegos también atrajeron reacciones mixtas. El decreto prohíbe la instalación de dispositivos como máquinas tragamonedas y máquinas de video póquer a menos de 500 metros de escuelas, centros juveniles, lugares de culto y estructuras residenciales o semi-residenciales que operen en el sector de la salud o el bienestar social. 

Muchos apuntan que para los menores no sería un gran problema recorrer medio kilómetro para ir a jugar. De ahí la propuesta alternativa -todavía no implementada- de aplicar lectores de tarjetas sanitarias o códigos fiscales a las máquinas, siguiendo el modelo de los que ya están instalados en muchas máquinas expendedoras de cigarrillos. Si bien es fácil moverse, el mecanismo parece más consistente: si no prueba que es mayor de edad, la máquina simplemente no funcionará.

CIGARRILLOS: EN LA TIENDA DE TABACO CON LOS DOCUMENTOS

El tabaco es otro punto fuerte de la reforma Balduzzi, que prevé multas administrativas que van desde los 250 hasta los 500 euros para quien venda cigarrillos a menores y desde los 2 hasta los XNUMX euros para los infractores reincidentes. En realidad, la prohibición ya existe, pero hasta ahora solo ha sido respetada por unos pocos comerciantes ilustrados. El objetivo es obligar a los estancos a solicitar un documento a los clientes, a menos, por supuesto, que la mayoría de edad sea obvia. Incluso en este caso, sin embargo, hay quienes plantean objeciones: si a estas alturas es universalmente conocido que "fumar mata", ¿por qué un Estado tan atento a la salud de los ciudadanos sigue vendiendo cigarrillos (en régimen de monopolio) a adultos?  

IMPUESTOS SOBRE BEBIDAS Y LICORES, ETIQUETAS INFORMATIVAS PARA SUSHI Y ALIMENTOS CRUDOS

Así llegamos a otros dos placeres que fácilmente pueden convertirse en vicios: comer y beber. Quienes vendan alimentos frescos (especialmente "pescados y cefalópodos", o -menos científicamente- el muy popular sushi) deberán indicar en carteles o etiquetas las precauciones a tomar para su correcto consumo. Nada complicado, solo sentido común: para evitar contagios de bacterias o parásitos, por ejemplo, es buena idea cocer los platos o congelarlos a menos 20 grados durante un día. Los comerciantes que incumplan la norma recibirán una multa que oscila entre los 600 y los 3.500 euros. 

En cuanto a las bebidas, existe un impuesto extraordinario para los productores de bebidas espirituosas y refrescos con azúcares añadidos y edulcorantes. Con lo recaudado (estimado en 250 millones al año) se pretende financiar parte de los niveles esenciales de atención sanitaria (Lea) y el fondo de no autoabastecimiento. El impuesto será de 7,16 euros por cada 100 litros de bebidas con azúcares añadidos o refrescos con edulcorantes sintéticos puestos en el mercado. En cambio, el gravamen para quienes elaboran bebidas espirituosas es más elevado: 50 euros por cada 100 litros puestos en el mercado. Hay un pequeño detalle temporal que levanta algunas sospechas sobre los problemas de salud italianos: la nueva fiscalidad durará solo tres años.  

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