Mientras decía que estaba "amargado" por la renuncia de la alcaldesa capitalina Virginia Raggi para nominar a Roma para los Juegos Olímpicos de 2024, el primer ministro Matteo Renzi declaró ayer por la noche que "el capítulo de los Juegos Olímpicos está cerrado": "Nadie tiene la intención de celebrar los Juegos Olímpicos contra la administración municipal".
Sin embargo, Renzi no escatimó una polémica con los grillini y su miedo ante los grandes acontecimientos por el riesgo de escándalos y corrupción: "Es como si los grillini hubieran dicho: no somos capaces de cambiar las cosas".
Frío un encuentro informal que tuvo lugar ayer entre Raggi y el presidente del Coni, Malagò.