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Nombramientos: el Antimonopolio y las bizarras elecciones de Fico y Casellati

Los presidentes de la Cámara y del Senado elogiaron el método innovador con el que eligieron al nuevo presidente de la Antimonopolio, quien fue el primero en sorprenderse, pero su designación levanta muchas perplejidades y provoca discusión: por más de una razón. Aquí porque

Nombramientos: el Antimonopolio y las bizarras elecciones de Fico y Casellati

¿Cuántos siglos tendremos que esperar todavía porque el presidente de la Antimonopolio no es lo habitual jurista pero finalmente ser un economista? La Autoridad de Competencia y Mercados, como su nombre indica, se ocupa a diario de empresas, competencia, mercados, protección del consumidor: después de cinco ilustres juristas (de Saja a Giuliano Amato, de Tesauro a Catricalà y Pitruzzella) ¿no hubiera sido lógico que los presidentes de la Cámara y del Senado, que por ley son los encargados de nombrar al presidente de la Antimonopolio, había elegido por primera vez a un economista? Pero eso no sucedió, a pesar de que ya hay dos juristas en la junta Antimonopolio. roberto rustichelli es un magistrado que Roberto Fico y Elisabetta Casellati dicen no conocer, pero que han escogido para la presidencia de la Antimonopolio únicamente por méritos y con un método transparente e innovador. Pero sus argumentos no son convincentes por más de una razón. Veamos por qué.

Transparencia por transparencia, no hubiera estado mal que el decreto de nombramiento del presidente de la Antimonopolio reportado en el Diario Oficial en días pasados ​​hubiera la motivación para la elección, pero ni una sombra de ello tras la rueda de prensa conjunta de los presidentes de las dos cámaras del Parlamento el pasado 20 de diciembre. Pero esa no es la única deficiencia que llama la atención. Dado que Fico y Casellati han instado a todos los interesados ​​en la presidencia de la Defensa de la Competencia a postularse y enviar sus currículos por correo electrónico, que sumaron 112, sería interesante saber cómo y por qué la elección recayó en un magistrado que pocos conocen y que fue el primero en asombrarse –según informó Casellati en la rueda de prensa del 20 de diciembre– del nombramiento que le concierne.

Habitualmente, en casos de este tipo se procede con el método comparativo y, con todo respeto al Magistrado Rustichelli, a quien hay que desear mucho éxito por el nombre de la institución que está llamado a presidir, sin duda había muchos otros candidatos con más experiencia antimonopolio y con más títulos profesionales. Bastaría recordar a los tres candidatos que, según los rumores de la víspera, ocupaban la pole position por sus excelentes planes de estudios, a saber Marina Tavassi, quien es presidente del Tribunal de Apelación de Milán, Alessandro Pajno, exsecretario general de la Presidencia del Consejo y ahora presidente del Consejo de Estado, e alberto pera, exsecretario general de la Defensa de la Competencia en los años del nacimiento de la Autoridad de Competencia.

Pero hay otro punto que Fico y Casellati parecen haber subestimado y es el artículo 10, párrafo 2, de la ley que establece la Antimonopolio n. 287/1998, que establece expresamente que el presidente de la Antimonopolio debe ser elegido entre personas independientes que hayan desempeñado "cargos institucionales de gran responsabilidad e importancia". Rustichelli, que nació en 1961 en Faenza e ingresó en la judicatura en 1992, es actualmente presidente de la junta directiva del Tribunal Comercial de Nápoles y, entre las experiencias institucionales indicadas en su currículum vitae, figura el cargo de jefe de gabinete adjunto en la Ministerio de Actividades Productivas y el de Asesoría Jurídica de la Presidencia del Consejo. Con el debido respeto personal al nuevo presidente de la Antimonopolio, que los suyos eran "cargos institucionales de gran responsabilidad e importancia" se discute en doctrina. Especialmente si miras a sus predecesores, pero también a otros de los 112 candidatos a la nueva presidencia de Antimonopolio.

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