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Ninguna comida es gratis: porque los políticos y los economistas no se llevan bien

Precisamente en vísperas de la nueva maniobra presupuestaria, un libro de Lorenzo Forni di Prometeia, publicado por Il Mulino, nos hace comprender por qué los razonamientos de políticos y economistas parecen nunca coincidir - La realidad italiana y las limitaciones de las que no podemos escapar

Ninguna comida es gratis: porque los políticos y los economistas no se llevan bien

Sobre todo en vísperas de la nueva maniobra presupuestaria, seamos realistas: cuántos de los "no expertos" se han preguntado repetidamente por qué es muy difícil encontrar un acuerdo entre las declaraciones de los políticos y las observaciones críticas relativas. formulada por los economistas, a menudo sin encontrar una respuesta satisfactoria? Seguro que no pocos

Por otro lado, el libro publicado por el Molino "Ninguna comida es gratis - Por qué los políticos y los economistas no se llevan bien", nos ayuda válidamente a responder a esta pregunta (para muchos innombrable), un libro de pequeñas dimensiones, pero con considerables profundidad conceptual, así como con un estilo particularmente ameno. su autor, lorenzo forni, profesor de Política Económica en la Universidad de Padua y secretario general de Prometeia, aclara al lector sus intenciones y su objetivo desde el principio con dos declaraciones que no dejan lugar a dudas

La primera declaración: "Demasiadas veces he visto que la política económica hace daño e impone costos innecesarios a las poblaciones de diferentes países". La segunda: “Casi siempre el daño infligido por las opciones de política económica surgen de creencias distorsionadas sobre cómo funciona la economía de un país”.

Son dos afirmaciones que constituyen el punto de partida indispensable para una buena comprensión de la estructura de este libro que gira en torno a dos puntos cruciales: la importancia de la combinación de políticas macroeconómicas (monetaria, fiscal y cambiaria) con el propósito de estabilizar un país; la necesidad, queriendo aumentar el ritmo de desarrollo, de recurrir a palancas distintas de las recién mencionadas, uso de herramientas relacionadas con temas educativos, entrada en el mercado laboral, protección del territorio, salud, investigación e inversiones en infraestructura.

Otro aspecto que ciertamente facilita la lectura de este libro, incluso para quienes no están acostumbrados a los temas económicos, es el tipo de análisis que realiza el autor Forni con referencia a experiencias concretas, tanto en países emergentes como en otras economías avanzadas. Además, el Anexo de las referencias cronológicas de las crisis económicas de los distintos países desde 1970 hasta la actualidad es de gran utilidad en este contexto. 

No podemos, pues, dejar de recordar que hay en el libro un capítulo específico dedicado a la realidad italiana con sus males endógenos, sus debilidades y sus rigideces que sintéticamente ofrece al lector un cuadro muy efectivo de su impacto en las condiciones socioeconómicas de nuestro país. 

Leyendo estas páginas se comprende, por tanto, que en la raíz de los fracasos de las promesas a menudo asombrosas de la clase política frente a las crecientes necesidades sociales está la falta de conciencia (o en algunos casos la negligencia) de los restricciones presupuestarias, restricciones de las que nadie puede escapar. Quien desee profundizar en este aspecto encontrará pan para sus dientes en el otro Anexo, el cual ilustra de manera clara y eficaz, recurriendo al apoyo de formalizaciones matemáticas de fácil comprensión, las citadas restricciones presupuestarias y el escaso espacio para la maniobra relacionada con ellos. 

En última instancia, ¿cuál es la lección que se puede extraer de este libro destinado a la meditación, tanto de los "insiders" de ambas áreas involucradas -la política y la economía- como de aquellos que quieren adquirir conciencia de algunos mecanismos fundamentales del dónde cayeron? ? 

Creo que el mensaje didáctico fundamental de este cuadernillo se puede identificar en elindeferibilidad de marcar un cambio de ritmo en comparación con las realidades experienciales que se han materializado hasta ahora. Una realidad en la que a las seductoras promesas formuladas por la clase política le sigue inevitablemente la frustración de los fracasos ligados a su insostenibilidad económica. Aquí, pues, se revela el sentido de la afirmación contenida en el título del libro según la cual ninguna comida es gratis: es decir, tarde o temprano, ¡alguien tendrá que pagar la factura de todos modos! 

Finalmente, en cuanto a las características del camino para lograr el cambio de ritmo, el autor del libro las indica con mucha claridad: por un lado menor uso de intervenciones económicas transitorias implementado a través del gasto público; por otro, un mayor uso simultáneo de aquellas herramientas de alto impacto de reactividad económica antes mencionadas capaces de promover un crecimiento real, sustentable y duradero del país.

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