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Mundial de Fórmula 1, una final en "amarillo"

El episodio del supuesto adelantamiento del campeón mundial Vettel al francés Vergne bajo banderas amarillas, aunque sea desmentido por otras imágenes que muestran la presencia de banderas verdes (para que todo esté bien), todavía deja cierta perplejidad. Pero Ferrari no es mejor apelar: su imagen y la credibilidad de la F1 sufrirían.

Mundial de Fórmula 1, una final en "amarillo"

Ferrari NO hará una denuncia. No porque sea demasiado tarde: los plazos oficiales expiran hoy, viernes 30, por lo que aún habría tiempo. Solo porque, incluso en caso de apelación ante la FIA (la federación internacional) contra el resultado del último Gran Premio de la temporada, el domingo en Brasil, la autoridad deportiva nacional, la Aci-Csai, deberá presentar él. Para proteger, eso sí, a un Ferrari suspendido en buena medida sobre la hipótesis de si apelar o no a los jueces, respecto a aquel adelantamiento del flamante tricampeón del mundo Sebastian Vettel al francés Vergne y en un clima sospechoso de banderas amarillas, o prohibición de realizar maniobras de adelantamiento a menos que haya una ralentización sensacional del conductor de delante.

Los hechos son los que acabamos de resumir. Bajo banderas amarillas, confirmadas no solo por las señales a lo largo de la pista sino también por una luz de advertencia del mismo color en el tablero de Red Bull, Vettel sin duda completó ese adelantamiento. Por el momento, nadie ha señalado ninguna irregularidad. Pero el despiadado ojo electrónico que nos espía a todos ha reconstruido las fases de la maniobra y las ha capilarizado arriba y abajo del planeta a través de la web, de modo que a mitad de semana explotó la bomba. Ha comenzado la búsqueda de detalles, de imágenes fijas, de ampliaciones que realmente muestren fragmentos de imágenes cada vez más granulosas y abiertas a diferentes interpretaciones. Pero la vivisección de los marcos también reveló una bandera verde ondeada por un comisario a la izquierda del circuito después de la rápida Curva do Sol que sigue a la chicane justo después de los pits. Esta bandera, señala la dirección de carrera cuestionada por los hechos, absuelve a Vettel, significando de facto una directiva más fuerte, quizás porque es más actualizada, en comparación con las famosas banderas amarillas. Pero la bandera verde se mostró mucho más allá del punto donde Vettel adelantó, afirman otros, por lo que la corrección de la maniobra es al menos dudosa.

Hasta ahí los hechos, y también un primer nivel de interpretación técnica. No vayamos más lejos, porque sería entrar en los códigos y codicilos de una normativa que no es precisamente solar, y nos arriesgaríamos a confundirnos. Pero de hecho, llegando a sancionar los adelantamientos cuando expiraba el tiempo (respecto al final de la carrera), el 6º puesto de Vettel en el Gran Premio se vería lastrado por una penalización de 20 segundos y pasaría a ser 8º. Los relativos 4 puntos menos le quitarían el título mundial de los bolsillos a Vettel, entregándoselo a Fernando Alonso, goleado por 3 en la clasificación mundial actual y hoy ocupado lamiéndose las heridas.

¿Vendrá o no esta denuncia oficial? Es difícil de decir, pero aun así causaría daños: a Ferrari si se rechazara la apelación; a la credibilidad de la F.1 si ocurriera que el campeón mundial cambiara su nombre una semana después de la última bandera a cuadros. No es que tal hecho sea una novedad absoluta: en 2003, de nuevo en Brasil, un temporal mucho más desastroso que el del pasado domingo decretó el final anticipado del GP y la cesión de la victoria a Raikkonen sobre McLaren; luego, un examen más profundo del cuentarrevoluciones mostró que la interrupción se había producido cuando acababa de ponerse en cabeza el Renault de Giancarlo Fisichella, a quien se le devolvió el éxito con mucha ceremonia en la siguiente carrera en Imola. Pero ese año Brasil corrió al final de la temporada y el impacto en la clasificación final fue inexistente. Lo de Vettel es otra historia.

Y no olvidemos lo que siseó Bernie Ecclestone, patrocinador de este F.1 multimillonario (en euros) y que una reversión de la realidad del campeonato mundial de 2012 avergonzaría seriamente a los patrocinadores y las bolsas de valores mundiales, así como a los emires y primeros ministros de países emergentes que son el verdadero alma del Circo actual. “Ferrari no se ha portado bien -habría tirado Bernie en alusión a la muy cautelosa petición de explicaciones realizada hasta ahora por Maranello-. Si volvemos atrás y vemos cuántos han combinado…”. Para abrir el libro de los recuerdos de Ecclestone, siempre se arriesga mucho…

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