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Milán, historia de un renacimiento (1943-1953)

170 imágenes de época, videos, documentos, reliquias de guerra, objetos de diseño, recuerdos, carteles y mucho más, para documentar un período crucial en la historia de Milán entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la reconstrucción.

Milán, historia de un renacimiento (1943-1953)

De Milán doblada por los bombardeos de las fuerzas aliadas, a la ciudad que supo levantarse y recomenzar de aquellas heridas, dando vida a una temporada trepidante, en la que se convierte no sólo en artífice de su propia redención sino en motor de esa. de todo el país.

Se trata de la exposición “MILÁN, HISTORIA DE UN RENACIMIENTO. 1943–1953 del bombardeo a la reconstrucción” comisariada por Stefano Galli, organizada por la Asociación Spirale d'Idee y promovida por el Ayuntamiento de Milán | Cultura, Dirección de Museos Históricos, prevista en el Palacio Morando | Vestuario Moda Immagine en via Sant'Andrea, del 10 de noviembre de 2016 al 12 de febrero de 2017. 

A través de 170 imágenes antiguas, videos, documentos, reliquias de guerra, objetos de diseño, recuerdos, carteles y mucho más, la exposición documenta un período crucial en la historia reciente de Milán entre el final de la Segunda Guerra Mundial y los años de reconstrucción.

“MILÁN, HISTORIA DE UN RENACIMIENTO. 1943–1953 del bombardeo a la reconstrucción” es la tercera cita expositiva en el Palacio Morando que comenzó con “MILÁN ENTRE LAS DOS GUERRAS. Descubriendo la ciudad de los Navigli a través de las fotografías de Arnaldo Chierichetti" (2013) y continuó con "MILAN, CITTA' D'ACQUA" (2015), con el objetivo de contar la capital milanesa a partir de su historia, su especificidad, los acontecimientos de historia, capaz de transformar radicalmente el rostro de la ciudad.

La exposición se abre con los grandes bombardeos de 1943, cuando Milán se convierte en objeto de repetidos atentados que marcan su perfil para siempre. Un mapa con los lugares afectados por los allanamientos será el punto de apoyo de una narración realizada a través de imágenes de época, memorabilia y reliquias de guerra (desde máscaras antigás hasta bombas, pasando por el paracaídas "Bengala" que alumbraba la ciudad antes del ataque) capaz de restablecer la situación de los distintos barrios de la ciudad y de los lugares más representativos afectados por las bombas, desde la Catedral hasta el Palacio Real, pasando por el Cenacolo Vinciano.

Una página dolorosa para Milán, resumida también en una sección de videos donde, junto a las imágenes originales de los ataques aéreos, se encuentra el testimonio del triunfal concierto de reapertura de La Scala, dirigido por el maestro Arturo Toscanini en mayo de 1946, para simbolizar el regreso a normalidad.

La exposición continúa con el relato de algunos aspectos de la vida cotidiana en tiempos de guerra, reconstruyendo la complejidad pero también la riqueza de las relaciones sociales tejidas en un momento tan difícil como dramático, pasando del drama de los desplazados a los episodios de solidaridad vividos en colectivos. cantinas, hasta la documentación de una economía espontánea basada en el mercado negro. 

También se propone una importante mirada a la presencia del régimen en la ciudad, a través de los lugares del fascismo: el Albergo Diana, primer cuartel general del mando alemán, el Albergo Regina, a su vez cuartel nazi en Milán, Villa Triste, teatro de y torturas realizadas por la Banda Koch, un departamento especial de la policía de la República de Salò encargado de capturar y eliminar a los opositores políticos, Piazzale Loreto, teatro del epílogo de la hegemonía fascista.

Después de centrarse en el período de la guerra, la exposición acompaña al visitante a descubrir los años llenos de agitación pero no menos traumáticos que la reconstrucción del pasado, lamentablemente, también a través de la destrucción de edificios históricos y valiosos que, aunque dañados solo marginalmente por las bombas, fueron sacrificados a la modernidad oa la especulación. Este es el caso del antiguo Palazzo Trivulzio, Palazzo Visconti sul Naviglio, Palazzo Pertusati Gropallo, el teatro Manzoni en Piazza S. Fedele y muchos otros lugares ahora olvidados.

Los cambios urbanos corren en paralelo con el cambio radical de una sociedad que, después de veinte años de régimen y cinco años de guerra, saborea lentamente la libertad: Milán poco a poco vuelve a la vida. Se abren nuevos comercios y surgen nuevas formas de empleo; los niños se deleitan con juegos y juguetes hasta ahora desconocidos y los adultos también redescubren el tiempo libre. Se abre la temporada de salones de baile y tabernas, encuentros públicos imprescindibles para reforzar el sentido de pertenencia a una comunidad renovada.

Es siempre una doble visión la que acompaña la exposición del Palacio Morando, que pretende testimoniar cómo ha surgido una nueva ciudad -desde un punto de vista arquitectónico y urbanístico- pero también cómo se ha formado una nueva ciudadanía: con intereses, sueños y visiones comparadas con el pasado. Así, mientras se construyen nuevos barrios, como el QT8, y nuevos edificios insertados en el contexto del centro de la ciudad a partir de proyectos de los arquitectos Moretti, Figini, Pollini, Bottoni, Portaluppi y el estudio BBPR, la primera cabina telefónica instalada en Italia, la gran escuela de diseño se afirmaba y el Palacio Real acogía la exposición monográfica dedicada a Pablo Picasso en 1953 con la significativa exposición en la destruida Sala de las Cariátides de Guernica, obra maestra de denuncia social nunca más expuesta en Italia en el futuro.

En una convergencia de elementos que marcan el regreso de la ciudad a un papel destacado en el panorama italiano y europeo, se sientan las bases para el auge económico y social de la década siguiente.

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