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Milán y Roma, las grandes decepciones del domingo

Los rossoneri no pasan del empate 0-0 en casa ante Toro y el banquillo de Montella vuelve a tambalearse - La Roma se detiene en Génova por un disparate de De Rossi que cuesta penalti y hace esfumar la victoria

Dos empates diferentes en términos de clasificación, pero tristes de la misma manera. Milán y Roma se paran frente a Turín y Génova y, aún con las distinciones necesarias (los giallorossi tienen 11 puntos más, además con un partido menos), cierran el fin de semana del campeonato con muchos pesares. Por supuesto, el paralelo se detiene aquí: el equipo de Di Francesco tiene una identidad precisa y objetivos definidos, el de Montella no.

Estar cuarto, a 7 puntos del Napoli (con un partido por recuperar) es una cosa, encontrarse en la séptima posición, a 18 del líder ya la par con el Bologna y el Chievo es definitivamente otra. El tan invocado punto de inflexión debe posponerse (¡otra vez!) a una fecha posterior, con la conciencia de que el tiempo corre y que esta temporada se desliza inexorablemente hacia un rotundo fracaso.

En el empate 0-0 con Toro hay sitio para todo: recriminaciones (el Milan está cerca de marcar en varias ocasiones y, en general, con más ganas de ganar que el rival) y suspiros de alivio (la doble ocasión de Belotti e Iago Falque) , una fotografía perfecta de un empate que dejó a San Siro con sabor amargo por enésima vez esta temporada.

El gol de la Europa League no tuvo seguimiento y los rossoneri confirman que tienen grandes problemas en la fase ofensiva, pese a los análisis de un Montella que cada vez se aleja más de sus goles de inicio de temporada.

“Lideramos el partido de principio a fin, creando numerosos goles – pensó el entrenador. – No puedo reprochar nada al equipo, aparte de la falta de serenidad y lucidez de cara a portería. El público tiene derecho a abuchear, lo acepto todo y espero volver pronto a la victoria".

Muchos lamentos también para la Roma de Di Francesco, parada por el Génova y, sobre todo, por su capitán De Rossi. De hecho, fue él quien provocó el empate rossoblù justo en el momento en que el partido parecía ganado y los 3 puntos en la bolsa. En cambio, la locura de DDR (70', golpeó a Lapadula con consecuente penalti y expulsión) hizo que la inercia cambiara por completo y que los giallorossi perdieran dos puntos pesados ​​en la clasificación, sobre todo en un campeonato donde gana prácticamente siempre quien está arriba.

Antes del "crimen" la Roma había gestionado bien el partido, adelantándose en el inicio de la segunda parte con El Shaarawy (59') tras una primera parte sin ningún aro particular, en un sentido u otro. Las cosas parecían ir en esa dirección, luego el episodio mencionado hizo que todo cambiara y el propio Lapadula encontró el empate en un penal (70').

"Hablaré con De Rossi, lamentablemente ese episodio puso las cosas patas arriba porque el Génova, hasta ese momento, nunca había tirado a puerta –explicó Di Francesco- Recibir un gol así duele, sobre todo con un balón lejano". La próxima ronda verá a los giallorossi en casa contra el Spal y el Milan en Benevento: oportunidades tentadoras para volver a ganar, por lo demás, nada más que recriminaciones...

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