El calor también molesta a las abejas. Los laboriosos insectos, considerados durante mucho tiempo un indicador del estado de salud de la naturaleza debido a su importancia en el ecosistema, están sufriendo el gran calor y la sequía que azotan a Italia desde hace varias semanas (si no meses), tanto que hay producción de miel hecha en Italia que se reduce a más de la mitad en comparación con el promedio, para un total este año de alrededor de 10 mil toneladas.
Es lo que estima Coldiretti al subrayar que se trata de uno de los peores resultados en la historia de la apicultura moderna durante al menos 35 años. El efecto de las heladas primaverales generalizadas seguidas por el calor y la sequía con flores secas por la falta de agua y las violentas tormentas de verano que en mosaico agravaron la situación pero -subraya Coldiretti- sin olvidar los incendios que han matado a decenas de millones de abejas.
En realidad, la preocupación también se refiere al hecho de que el trabajo de las abejas - informa Coldiretti - es importante no solo para la producción de miel pero también para la polinización de las plantas, tanto es así que Albert Einstein sostenía que: “Si la abeja desapareciera de la faz de la tierra, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida”.
“El clima anómalo –explica Coldiretti– ha afectado los diferentes tipos de miel en los llanos mientras solo sobrevivió la rara miel de montaña. Además, la tendencia de producción de este año es la continuación de la ya pobre cosecha del año pasado, que se redujo a solo 16 toneladas”.
El desplome de las cosechas nacionales abre la puerta a importaciones de miel de menor calidad con llegadas del exterior que ya superan las 7000 toneladas en los primeros cuatro meses de 2017 según el análisis de Coldiretti sobre datos del Istat y si se confirma la tendencia en los anaqueles dos de cada tres frascos serán extraños. Alrededor de 1/3 de la miel importada proviene de Hungría pero un flujo sustancial de más del 10% proviene de China, un país en la parte superior de la inseguridad alimentaria.
Según Coldiretti, para evitar llevar a la mesa productos del extranjero, a menudo de baja calidad, es necesario verificar cuidadosamente el origen en la etiqueta o contactar a los productores directamente en las fincas, agroturismos o en los mercados de Campagna Amica. Miel producida en el territorio nacional donde no se permiten cultivos transgénicos (a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en China) es reconocible a través del etiquetado de origen obligatorio fuertemente apoyado por Coldiretti.
La palabra Italia debe estar presente obligatoriamente en los envases de miel recolectada íntegramente en el territorio nacional y si procede de más de un país de la Unión Europea. La etiqueta debe llevar la indicación “mezcla de mieles originarias de la CE”; si, por el contrario, procede de países extracomunitarios, deberá figurar la inscripción "mezcla de mieles no originarias de la CE", mientras que si se trata de una mezcla, deberá figurar "mezcla de mieles originarias y no originarias de la CE".
Hay 1,2 millones de colmenas esparcidas en el campo italiano y dei 45.000 apicultores aficionados y profesionales con una facturación estimada de 150 millones de euros pero -concluye Coldiretti- con un valor de más de 2 mil millones de euros para la polinización de cultivos.
