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Oriente Medio y Norte de África: la digitalización avanza en las ciudades

En el área MENA, donde se espera un crecimiento demográfico del 2050% y tasas de urbanización del 50% para 70, el uso de la telefonía móvil y el tráfico de datos en la nube está favoreciendo el desarrollo de agregados urbanos con servicios cada vez más autónomos. A la cabeza están los Emiratos, que se abrirán aún más a la IED extranjera a finales de 2018.

Oriente Medio y Norte de África: la digitalización avanza en las ciudades

Según ISPI, el Instituto de Estudios Políticos Internacionales, los proyectos de digitalización de servicios continúan multiplicándose en las ciudades de la región MENA (Oriente Medio y Norte de África), impulsados ​​por el crecimiento de la telefonía móvil y el tráfico de datos en la nube. Hablamos de nuevas realidades urbanas conocidas como Smart Cities cuyo valor se estima que alcance los 2,57 billones de dólares en 2025 (Informe de investigación de Grand View). En este escenario, centrarse en la mejora de la conectividad se ha convertido en una prioridad en el proceso de transformación de aquellas realidades urbanas que pretenden ser cada vez más autónomas desde el punto de vista de los servicios. Esto responde a la necesidad de hacer frente al crecimiento demográfico sostenido en la región: según las perspectivas de crecimiento estimadas por Naciones Unidas para 2050, se espera un crecimiento de la población local del 50%, con tasas de urbanización en torno al 70%. 

Actualmente, las ciudades del área MENA concentran el 28 % de la población total, el 32 % de la mano de obra y alrededor del 50 % de la riqueza producida, siendo el PIB urbano significativamente mayor que el de las áreas rurales. En particular, las economías basadas en el petróleo han favorecido la inmigración de millones de trabajadores, multiplicando el número de residentes en varios pueblos y ciudades (principalmente Qatar y los Emiratos), aumentando la presión sobre las ciudades con consecuencias en el transporte, tráfico rodado, consumo energético y la gestión de los recursos hídricos. Con miras a asegurar la sostenibilidad de los servicios urbanos, reducir costos e ineficiencias y mejorar la calidad de vida, parece que volverse "inteligente", más que una opción, es hoy una opción obligada para las principales ciudades de la región. Así que esta es la dirección que están eligiendo muchos gobiernos locales, multiplicando los recursos financieros destinados al desarrollo de tecnologías "inteligentes": laInternational Data Corporation (IDC) estima que en 2018, el gasto total en este tipo de tecnologías alcanzará los 1,26 millones de dólares. He aquí entonces que en este escenario las monarquías del Golfo representan los mercados más avanzados. Además del importante aumento de la población, grandes eventos internacionales como la Expo de Dubái 2020 y la Copa del Mundo de 2022 en Doha han sido un importante motor para la digitalización de los servicios en los últimos años. El estudio del McKinsey Global Institute publicado el pasado mes de junio asigna la primacía de las ciudades inteligentes a los Emiratos Árabes Unidos, con Abu Dhabi y Dubái en las dos primeras posiciones del ranking de la región. 

Esto también se debe a que EAU es líder internacional en la penetración de fibra óptica en los hogares, equivalente al 93,7%. Al respecto, véase el informe 2018piense ahora 2, la agencia de datos de innovación que publica anualmente el ranking de las ciudades más innovadoras, asignando a Dubái la primacía de ciudad más innovadora de Oriente Medio. En los últimos tres años, no es casualidad que el emirato haya invertido mucho en lo que podría definirse como una estrategia inteligente integral: iniciativas para fortalecer y hacer más efectivo el sistema de transporte gracias a la introducción de nuevas tecnologías, entre las que se incluyen la Dubai Smart Self-Driving Vision se lanzó en 2016 con el objetivo de automatizar el 25 % del transporte diario de la ciudad. También el Fundación Dubai Future desarrolló una Estrategia de Transporte Autónomo que se espera genere más de $6 mil millones en ingresos anualmente al reducir los costos de transporte y las emisiones de carbono, además de aumentar la productividad de los trabajadores al reducir los tiempos de viaje. Entre los resultados esperados de la implementación de esta estrategia también se encuentra una reducción del 44% en los costos de transporte y una reducción del 12% en las emisiones contaminantes, mientras que el número de inversores privados crece progresivamente junto con la financiación gubernamental. 

Al mismo tiempo, Arabia Saudita también ha lanzado un programa para acelerar la digitalización del país, desde la educación hasta la salud, desde el transporte hasta la energía, comenzando desde las ciudades, en línea con el Programa Nacional de Transformación y el Saudi Vision 2030. Además, no deben subestimarse las reformas económicas aprobadas en Jordania, Marruecos y Túnez. De hecho, en toda la región MENA está creciendo el número de "nuevas ciudades", es decir, ciudades diseñadas en el tablero de dibujo con métodos dirigistas y, sin embargo, muy ambiciosos, desde la sostenibilidad ambiental hasta la creación de puestos de trabajo con el recurso a la tecnología. Es el caso de Neom, una megaciudad inteligente totalmente digitalizada y automatizada en el Mar Rojo, para cuya construcción Arabia Saudí ha anunciado planes de 500 millones de dólares, de Lusail en Qatar o de la nueva capital administrativa de Egipto que incluirá 20 áreas residenciales que albergan una población de 6,5 millones de personas. A estos se suma el proyecto del gobierno jordano anunciado a finales de 2017, a saber, la construcción de una nueva zona urbana con el objetivo de descongestionar Amman y Zarqa pero también de estimular la economía jordana y atraer inversiones a largo plazo. La construcción de la ciudad, que se levantará sobre un importante eje de conexión con Irak y Arabia Saudita, se llevará a cabo en cinco fases y se espera su finalización entre 2030 y 2050. Por último, pero no menos importante, la inversión china en el desarrollo puede ser contado de la ciudad costera de Duqm, Omán. 

De ahí que la atracción de inversiones privadas, incluidas las extranjeras, siga siendo un tema clave en el desarrollo de las ciudades inteligentes en la región. Se espera que la nueva ley de inversiones de los Emiratos Árabes Unidos entre en vigor en el cuarto trimestre de este año. Según declaraciones gubernamentales, esta medida autorizará la creación de empresas con capital totalmente extranjero en el país. A la fecha, esto es posible únicamente en las numerosas Zonas Económicas Especiales presentes en el país; en el resto del territorio, los extranjeros pueden participar en sociedades registradas en los EAU con no más del 49% del capital. La decisión forma parte de un paquete de reformas económicas destinadas a lograr los objetivos fijados en el Visión nacional 2021: este programa tiene como objetivo diversificar la economía, favoreciendo el sector privado y fomentando la inversión extranjera, una dirección aún más alentada y necesaria con vistas a la Expo Dubai 2020. Al mismo tiempo, según los analistas, esta medida también podría resultar útil para aumentar el empleo local: la autorización para establecer estas empresas podría estar condicionada a que cada nueva empresa contrate a un número mínimo de ciudadanos de los EAU. Con el fin de atraer la excelencia internacional que pueda contribuir positivamente al desarrollo de la economía local, la nueva ley de inversiones también contemplará la emisión de visas de 10 años para empresarios y profesionales de diversas categorías, como en el sector de alta tecnología y en el campo médico-científico. Las visas con una duración de 5 o 10 años, según el rendimiento académico, estarán destinadas a estudiantes internacionales. 

Como lo señalóAnálisis ISPI, al evaluar la posibilidad de invertir en el desarrollo tecnológico de las ciudades del área MENA es importante tener en cuenta varios factores. En primer lugar, el nivel de desarrollo tecnológico y penetración digital del área en cuestión, y su potencial futuro. El contexto social, ambiental y político local, con especial atención a la posibilidad de que las desigualdades sociales puedan alimentar focos de protesta. La estabilidad geopolítica del país, tanto en el contexto geopolítico regional como en la implementación de la política económica. Finalmente, la presencia de eventos internacionales ya planificados o en curso, a considerar como oportunidades de inversión, con las consecuencias imprevistas que pueden traer. 

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