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Mario Monti: es hora de cambiar los recursos propios de la UE tirando el "corazón sobre el obstáculo"

El exprimer ministro Mario Monti, que preside el grupo europeo que debe reformar los ingresos de la UE el próximo año, anticipa que el nuevo sistema de recursos tendrá que estar "inspirado en criterios de sencillez, transparencia, equidad y responsabilidad democrática" tirando "el corazón más allá de la obstáculo” – Comparación con los economistas De Feo, Iozzo, Majocchi y Messori

Mario Monti: es hora de cambiar los recursos propios de la UE tirando el "corazón sobre el obstáculo"

Llamados a hacer frente a un compromiso ya de por sí difícil, que se ha convertido casi en una "misión imposible" en un contexto de persistentes dificultades económicas y financieras, así como de creciente aversión de grandes sectores de la población hacia Europa, Mario Monti elige un lenguaje diplomático aderezado con un toque de ironía. “Buscaremos nuevas vías para que sea un poco más difícil que los estados miembros de la UE y los 28 parlamentos nacionales rechacen las propuestas que vamos a presentar el próximo año”, apunta el senador vitalicio.

Quien regresó a Bruselas hace un año para encabezar el grupo de alto nivel -nueve políticos de gran experiencia, tres por cada una de las máximas instituciones de la Unión Europea (Parlamento, Consejo y Comisión)- llamado a redactar una propuesta de reforma radical de el sistema de recursos propios de la UE. En palabras sencillas, los ingresos financieros del presupuesto europeo.

Monti habla en Roma, en el Spazio Europa, la sala compartida por la Representación de la Comisión Europea y la Oficina de Información del Parlamento Europeo, en una reunión organizada por el Consejo Italiano del Movimiento Europeo. “Vine aquí sobre todo para escuchar sus ideas…”, el senador vitalicio comienza hábilmente dirigiéndose a una gran audiencia de personas que en su mayoría están educadas en temas europeos. Y más concretamente a los cuatro economistas (Alfredo De Feo, Alfonso Iozzo, Alberto Majocchi, Marcello Messori) y al periodista (Roberto Sommella, director de relaciones exteriores e institucionales de la Autoridad de Competencia y Mercados) cuyas intervenciones estaban previstas.

“No estoy aquí para adelantar las propuestas que presentaremos al término de los trabajos del grupo que he sido llamado a presidir por la sencilla razón de que esas propuestas aún no están definidas”, aclara Monti. “Hasta ahora –precisa además el presidente del grupo interinstitucional– hemos desarrollado una evaluación del sistema de recursos existente, que se puso en marcha en 1970 y ha sufrido más de una modificación desde entonces. Un sistema que, como lo confirma la verificación a la que lo sometimos, presenta lagunas y provoca inconvenientes”.

“Este sistema vigente hoy en día se caracteriza por una complejidad verdaderamente excesiva. Pero –subraya Monti– es incapaz de garantizar a la Unión Europea los recursos financieros necesarios para permitirle alcanzar sus objetivos más ambiciosos. Y por tanto requiere una revisión general inspirada en criterios de sencillez, transparencia, equidad y responsabilidad democrática”.

Estos criterios se referirán a las propuestas que el grupo presidido por Mario Monti presentará en una primera versión resumida muy probablemente en junio del próximo año con motivo de una conferencia interinstitucional e interparlamentaria en la que participarán -además de representantes del Parlamento- , la Comisión y de los Consejos Europeos – también las de los Parlamentos nacionales.

“De los 28 estados miembros de la Unión Europea, no sólo por lo tanto de los 19 de la Eurozona”, destaca Monti. Sabe muy bien, y lo declara explícitamente, que así será más difícil llegar al consentimiento unánime, condición impuesta por los Tratados. Pero, como europeísta convencido, quiere jugar el juego de una integración más completa hasta el final.

Y bien sabe, Monti, que el partido en cuestión, además de ser muy, muy exigente, también será largo. Él sabe que su grupo necesitará un año para considerar a fondo todos los pros y los contras de cada aspecto de la propuesta que se lanzará a fines del próximo año. Sabe que no será fácil, aunque sea imprescindible, obtener el consentimiento de todos los Parlamentos y Gobiernos nacionales.

“Cuando se anuncien las propuestas de reforma en la conferencia de junio de 2016, nuestro grupo quedará atrapado en el fuego cruzado. Soy plenamente consciente de que el tema no es abordado de buena gana por los gobiernos nacionales”, reconoce el senador vitalicio. Quien, en cambio, sabe que “la adopción de políticas fiscales comunes en 28 Estados miembros con obligación de unanimidad es una empresa que le hará temblar las muñecas”.

Con más razón –reconoce Monti– en un contexto político, económico y social como el que vive Europa. Un continente afectado por el estancamiento económico, el desempleo, el desapego de los ciudadanos de las instituciones nacionales y europeas. Y ahora también atravesada por vientos de guerra. "Lamentablemente el contexto es menos propicio para proponer reformas que la opinión pública, populista o no, se inclinará a percibir como nuevos impuestos", observa Roberto Sommella. Quien, dirigiéndose a Monti, exclama: "Presidente, si me permite la expresión, parece que sólo le queda el último tiro...".

Y Monti: “Esta referencia al último golpe… me llama la atención. Y me anima a instarles a todos a moderar las expectativas con respecto a la reforma de los recursos propios. Pero también para afirmar que es precisamente en situaciones como esta cuando es hora de arrojar el corazón más allá del obstáculo”.

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