La maniobra de bis que debería salvar a Italia por el momento sólo salva a Casta. Y lo hace en voz baja, sin demasiadas fanfarrias. Ayer todos los focos estuvieron puestos en el voto de confianza del Senado, que con 165 a favor, 141 en contra y tres abstenciones dio el visto bueno a la última maxi-enmienda redactado apresuradamente por la mayoría. Ahora el texto pasa a la Cámara, que debe convertir en ley el decreto de mediados de agosto dentro de una semana. En las últimas horas se ha hablado mucho de los últimos cambios que han obtenido el beneplácito de Europa y (al menos por el momento) de los mercados: la subida del IVA, la minicontribución solidaria para los ricos, la aceleración del ajuste de la edad de jubilación de las mujeres en el sector privado.
Esta es la parte glamorosa de la nueva maniobra. Pero, en una inspección más cercana, las verdaderas sorpresas están ocultas en otra parte. Entre los pliegues del oscuro “artículo 13”, el que debe reducir la vida opulenta de ministros, diputados y senadores. Comparando la última versión del artículo con el ahora antiguo borrador original, resulta que los inquilinos de la Cámara y el Senado han reducido considerablemente su parte de sacrificios. Incluso se ha diluido la norma que sancionaba la incompatibilidad de su función con otros cargos públicos. Si antes los parlamentarios tenían prohibido ejercer cualquier otro cargo público, ahora la prohibición se limita a los cargos electivos "de carácter monocrático" y relativos a "órganos de gobierno de los organismos públicos territoriales con población superior a 5 mil habitantes". Guardar los escaños en el consejo y en los ayuntamientos. Después de todo, un doble salario siempre es conveniente.
En detalle, el recorte a los sueldos y dietas de los "miembros de los órganos constitucionales" -tal y como se estableció a principios de agosto- será del 10% en la parte que supere los 90 mil euros de renta y del 20% en la que supere los 150 mil. . Exactamente el doble de la aportación solidaria de primera vía, la pensada para simples mortales. En su momento quisimos dar una señal fuerte de seriedad y participación en la crisis del país, pero quién sabe si no se vislumbraba ya el resquicio de la enmienda. Sí, porque inicialmente la supertasa sobre los salarios de los políticos se concibió como una medida estructural, para perpetuarse por los siglos de los siglos. Pero gracias a los cambios blindados aprobados ayer en el Palazzo Madama, sólo se aplicará de aquí a 2013. Eso no es suficiente. Las indemnizaciones por permanencia ya no se recortarán un 50%, sino un 20% y solo para la parte que supere los 90 euros. Sobre 150 mil la rebaja será del 40%. Un buen descuento.
El Gobierno optó entonces por excluir de la carga a la Presidencia de la República y al Tribunal Constitucional. Este detalle hizo perder la lucidez al viceministro de la Liga Norte, Roberto Castelli, quien ayer tronó con tono de censura contra los "boyardos romanos". Sin enfadarse demasiado, el Quirinale señaló que las protestas no tienen por qué existir. De hecho, la norma fue escrita por la mayoría.
