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Macron da lecciones de economía verde

Con el anuncio del cierre de la central nuclear más antigua y un plan EDF para las renovables, el inquilino del Elysée es candidato al liderazgo europeo en energías limpias

Macron da lecciones de economía verde

¿Podrá Emmanuel Macron convertirse en el más líder? green ¿de Europa? ¿El jefe de Estado capaz de vencer a todos los demás en la revolución energética de las verdaderas fuentes renovables? Las noticias de los últimos días desde la capital francesa lo muestran súper ocupado en este terreno. A pesar de las protestas de los trabajadores del sector alineados junto a los del transporte. Los dos hechos más glotones son el cierre de la central nuclear de Fessenheim y la conversión en un gran parque fotovoltaico y el anuncio de Edf de 8 millones de euros de inversión para un plano de almacenamiento eléctrico. En ambos casos, el presidente francés no se expuso personalmente, pero está claro que las operaciones forman parte de la estrategia general de su mandato. Ambicioso hasta el punto de querer superar al resto de países de la UE en la lucha contra el cambio climático y cerrar con el farragoso pasado de una Francia poco sensible a las cuestiones ecologistas.

Construir fotovoltaica en el sitio de Fessenheim en Alsacia, en lugar de la central nuclear más antigua del otro lado de los Alpes, es un compromiso que los antecesores de Macron habían anunciado muchas veces, sin llegar a completarlo. A través del subsecretario del Ministerio de Ecología, Nicolás Hulot, se estableció en cambio que para 2019 se cerrarán los reactores nucleares. Dejando así de lado también la restricción anterior que vinculaba el cierre de Fessenheim con la activación de otra central eléctrica.”Cerrar Fessenheim sin hacer ninguna un ejemplo demostrativo de la transición energética no tendría sentido” dicen desde París. Un resultado notable, por lo tanto, en el transición a renovables que sta muovendo capital internacional junto con el interés de los más atentos observadores. Dentro de unos meses habrá una subasta para la producción de 200 megavatios en suelo y 100 en tejados con la francesa Cassa Depositi e Prestiti avalando la operación. Edf, que gestiona la planta de cierre, ya está atenta, sin querer eclipsar a otros posibles competidores. Aparentemente es así, pero al final el juego también podría jugarse íntegramente en casa.

El papel del coloso liderado por Jean-Bernard Levy, es preponderante en cruzar la voluntad del ejecutivo de Macron. Con la vista puesta en 2035, la Compañía quiere conquistar la supremacía de la empresa energética europea a la vanguardia. Macron se ha reservado el de garante y líder político garantizado. Ver cómo y si los competidores extranjeros serán desplazados será emocionante. El abandono progresivo de la energía nuclear y la inversión de 8 millones para acumular electricidad producida por paneles solares son los pilares sobre los que se construye una estrategia ganadora y compartida. Técnicamente, el objetivo es crear una especie de depósito de energía para empresas y familias para equilibrar las variaciones climáticas que influyen en la producción de energías renovables. El director general de Edf lo explicó a Le Monde, reforzando la visión moderna de la empresa -controlada por el Estado- cuando la energía producida se acumula y se consume cuando hay una necesidad real. Muy diferente de hoy, donde la energía en la red es barata y todavía hay mucho espacio para el petróleo y el gas.

Los franceses han entendido así que con la concertación al más alto nivel pueden aumentar en calidad y circularidad económica, quemados por fenómenos de contaminación ambiental generalizados y sobre todo por las bajas inversiones de los años de Hollande y Sarkozy. El espíritu nacionalista -cuestionable como se quiera- se afirma en una dialéctica concreta, cuando los demás marcan el tiempo. Quizás por eso dan lecciones, a veces mal toleradas, porque uno se siente más capaz, aunque menos práctico. No en vano, a pesar de las huelgas de estos días, la comunidad política e institucional también está preparando una plan climático para Metrópolis del Gran París con la reducción de las emisiones de carbono y el consumo de renovables al 60%. Otro refuerzo para el joven Macron, quizás no solicitado.

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