En 2015, el PIB de Hungría creció un 2,9%: por el lado de la oferta, el sector servicios, en ligera aceleración, aportó una importante contribución al crecimiento (+1,4%), a la que hay que añadir la derivada de la buena dinámica de la producción industrial (+0,8%) y la agricultura (+0,4%) . El crecimiento de la demanda de consumo privado y la inversión fueron los principales catalizadores por el lado de la demanda interna (+1,5% y +0,4% las respectivas contribuciones). Mientras que la contribución del consumo público fue más modesta (+0,1%) debido al control del gasto implementado para fortalecer las finanzas públicas.
La contribución de las exportaciones netas fue positiva (+1,5%) gracias a la aceleración de las exportaciones frente a las importaciones. Sin embargo, había señales de una desaceleración en la fase cíclica a principios de este año. Según las estimaciones preliminares publicadas por Centro de Estudios Intesa Sanpaolo, durante el primer trimestre el PIB creció 0,9% ia. La tendencia particularmente débil del PIB refleja la primera contracción cíclica (-0,8%) desde 2012. Una contribución negativa a la evolución del PIB es el débil desempeño del sector industrial (+0,5% respecto al primer trimestre de 2015), especialmente en el sector minero (-40% en marzo) así como en el sector manufacturero (-4,4% en marzo). La demanda exterior también marcó un descenso en marzo (-3,4%), mientras que en el mismo mes la dinámica de las ventas minoristas mantuvo una tendencia positiva (4,2%).
El consumo de los hogares se beneficia de la reducción de la tasa de paro (6% en febrero, el más bajo de los últimos años). En abril, elÍndice de Sentimiento Económico (ESI) se mantuvo bastante alto en 110,1 aunque ligeramente por debajo, y en el mismo mes el PMI manufacturero se mantuvo por encima de 50 en 52,2, ligeramente mejor que en marzo (51,7). Considerándolo todo la fase cíclica húngaraaunque ralentizando sigue siendo positivo y para todo 2016 los analistas esperan una dinámica del PIB en torno al 2,0%, gracias a la buena dinámica también del consumo privado, favorecida por la caída del paro, y la demanda exterior, especialmente de los mercados de la UE. Por otro lado, se espera que el gasto público en consumo e inversión dé solo una pequeña contribución al crecimiento económico debido a la necesidad de contener el gasto público.
Por el lado de la oferta, se espera que la dinámica de la industria se mantenga positiva aunque con una tendencia más contenida que en 2015, mientras que el sector servicios, más vinculado a la economía nacional, se espera que crezca aproximadamente un 2,4%. La inflación, igual a -0,1% en promedio en 2015, fue igual a 0,2% en promedio durante los primeros cinco meses de 2016, recuperándose pero decididamente débil. La evolución de los precios al consumidor se vio afectada tanto por los planes de reducción de los precios de la electricidad y el gas para uso doméstico, como por la evolución contenida de los precios internacionales de las materias primas. Para este año, se espera que la inflación promedio sea ligeramente positiva (0,5%).
La deuda pública, equivalente al 78,3% del PIB en 2012, ha disminuido progresivamente en los últimos años y se estima en el 75,3% a finales del año pasado; la CE también espera que disminuya aún más en los años 2016 (74,3%) y 2017 (73%). Con un déficit presupuestario estable en el 2,0% del PIB, la deuda pública tendería a estabilizarse en torno al 50% del PIB a largo plazo. Ante bajas presiones inflacionarias, y para favorecer la recuperación de la economía, el Banco Central de Hungría (NBH) recortó progresivamente el tipo de interés de referencia hasta el 0,9% en mayo de este año. La fase de reducción de tipos podría haber terminado pero con una dinámica de precios muy limitada, la política monetaria podrá seguir siendo expansiva durante todo el año en curso y buena parte del próximo considerando también que el BCE podría mantener bajas las tasas de interés durante mucho tiempo. La reducción de la tasa de política debilitó el florín, que llegó a 315,6 frente al euro. En el corto plazo, se espera que la moneda local permanezca sujeta a la volatilidad.
En las últimas evaluaciones económicas, El FMI, además de apreciar el buen crecimiento económico de Hungría en los últimos años, también ha valorado positivamente la mejora de las cuentas exteriores que, desde 2009, han registrado saldos en cuenta corriente positivos y una deuda externa decreciente en relación con el PIB. A medio-largo plazo, la estabilidad de la posición exterior de Hungría parece estar mejorando y, a corto plazo, ha habido una estabilidad sustancial en el grado de liquidez del país. Se estima que el índice de cobertura de reservas, es decir, la relación entre las reservas de divisas y el agregado igual a la suma algebraica de la deuda que vence y el saldo en cuenta corriente que cubre las necesidades de financiamiento a corto plazo del país, es superior al valor umbral de 1 (aumento a 1,1 en 2016).