Nuevo intento de golpe de Estado en Libia. Los hombres del general retirado Khalifa Haftar, declarado golpista por el Gobierno de Trípoli, atacaron este viernes a las fuerzas islamistas en Bengasi, provocando desde entonces 79 muertos, mientras ayer -quizás en colaboración con las milicias de Zintan- sitiaron el Parlamento libio, pidiendo que se detener su trabajo y entregar poderes a una Asamblea Constituyente para definir el texto de la nueva Carta Libia.
El portavoz de Haftar aclaró que "el objetivo del ataque son los islamistas que protegen a las milicias extremistas que azotan a la nación, y el Parlamento que los protege". El parlamento de Trípoli está dividido entre islamistas y no islamistas, que discrepan sobre el nombramiento de un nuevo gobierno y nuevas elecciones.
El domingo por la noche, el Gobierno libio anunció que el resultado de los enfrentamientos tras el ataque al Parlamento en Trípoli es de dos muertos y 55 heridos. Al menos 20 diputados y funcionarios públicos habrían sido tomados como rehenes. Los vuelos sobre la ciudad oriental de Cirenaica, cuna de la revuelta que en 2011 condujo a la caída y muerte de Gaddafi, han sido prohibidos.
Según algunos observadores, la posible conexión entre las milicias de Zintan y el general "retirado" Khalifa Haftar podría ser precisamente la lucha contra el fundamentalismo islámico que en Bengasi tiene su punta de lanza en la organización yihadista Ansar al-Sharia, insertada por EEUU en la lista de organizaciones terroristas con vínculos más que probables con la red Al Qaeda.
“Antes de que la situación se salga de control y Libia tome el camino del conflicto de forma irreversible -dijo la ministra de Exteriores italiana, Federica Mogherini-, la comunidad internacional, desde la Unión Europea hasta la ONU, debe movilizar todos los instrumentos de la diplomacia para que la transición a la democracia se realice con éxito, con la participación de todas las partes".