Malas noticias para el grupo Lego, uno de los líderes mundiales en el sector del juguete. Para hacer frente a la fuerte caída de las ventas en Estados Unidos y Europa, de hecho, la empresa danesa ha optado por el recorte de 1400 puestos de trabajo en todo el mundo, que corresponden a alrededor del 8% de la plantilla total. Lego emplea actualmente a aproximadamente 18200 personas.
Durante la primera mitad de 2017, el gigante de los juguetes registró una fuerte disminución en la facturación (-5% a aproximadamente 2 mil millones de euros) y en la utilidad neta (-3% a 3,4 mil millones de euros).
La noticia adquiere aún más relevancia, en sentido negativo, al observar los resultados récord alcanzados en 2016. El origen de los malos resultados de estos primeros seis meses del nuevo año sería la estructura organizativa que el grupo ha decidido construir sobre los últimos cinco años, considerados por el presidente de Lego Jorgen Vig Knudstorp (en la cima solo un mes), "cada vez más complejos, pero necesarios para hacer frente a un crecimiento de dos dígitos a nivel mundial".
El próximo desafío para Lego ahora será construir una organización menos compleja y más pequeña, con un fuerte enfoque en lo digital. De hecho, el declive en los principales mercados mundiales está relacionado con la ya obsoleta "experiencia física de la construcción" que formó las generaciones anteriores. Para poder sobrevivir en el mercado, Lego tendrá que adaptarse al cambio de forma radical y abrirse a mercados en crecimiento como China.