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Trabajo: hacia detener los incentivos, el gobierno se enfoca en la productividad

Las reducciones en las contrataciones parecen haber agotado su efecto, por lo que el ejecutivo está pensando en cambiar de política, lanzando una estrategia de dos fases para impulsar la productividad.

Trabajo: hacia detener los incentivos, el gobierno se enfoca en la productividad

El gobierno planea cambiar de rumbo en las políticas de empleo: sin bono de contratación, ahora debemos centrarnos en la productividad. Los últimos datos de Istat certifican que el empleo en nuestro país está cayendo, señal de que los incentivos a las empresas en contratos indefinidos han agotado su efecto. Las empresas que debían estabilizar a los trabajadores temporales ahora lo han hecho.

En el contexto de una ralentización generalizada de la economía -con PIB en desaceleración, consumo incierto, precios y salarios en juego- en los últimos meses los empresarios han vuelto a celebrar contratos de corta y muy corta duración, como demuestra el aumento de los vales. Al fin y al cabo, el vuelco era previsible, dado que los beneficios fiscales del bono de contratación se han reducido a la mitad este año.

Originalmente, el gobierno planeó continuar con la misma política en los próximos años, reduciendo gradualmente los descuentos. Pero la situación actual sugiere que, para evitar un nuevo estancamiento en el mercado laboral, se requiere una nueva dirección.

Según escribe La Repubblica, el gobierno pretende dejar de incentivos, que, además, pesará en las arcas del Estado unos 17 millones de euros en un total de siete años.

En lugar del bono de contratación, el ejecutivo pretende apostar por productividad, que lleva más de veinte años en pie en nuestro país. Se está pensando en una estrategia de dos pasos. En primer lugar, la Ley de Estabilidad de 2017 debería contener el aumento de la desgravación fiscal sobre los bonos de rendimiento empresarial. En segundo lugar, y este será probablemente el paso más crítico, el gobierno podría forzar la mano de Confindustria y los sindicatos en la reforma de la negociación, a menos que los interlocutores sociales puedan desbloquear la negociación. La intervención, que podría llegar al Parlamento en enero, debería operar solo a nivel de empresa, sin afectar ni el contrato nacional ni el territorial.

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