Los bancos centrales vuelven a la normalidad después de las vacaciones de verano. En primer lugar, se espera mañana la publicación del Libro Beige de la Reserva Federal que debería ofrecer señales claras sobre las expectativas de recuperación económica (del que se esperan confirmaciones el viernes cuando se comunique la tasa de paro, seguida muy de cerca por la perspectiva del consejo de bancos centrales (Fomc) del 17-18 de septiembre que debería aclarar las estrategias de la Fed en materia de tapering (reducción del plan de estímulo monetario).
El jueves, la pelota pasa al Banco Central Europeo y al Banco de Inglaterra. Como es habitual, los directores de los dos institutos se reúnen cada primer jueves de mes. ¿Dejarán las tasas sin cambios (actualmente fijadas en 0,5%) o se esperan algunos giros? Según la mayoría de los analistas, los tipos seguirán sin cambios también porque la inflación en la zona del euro y en Gran Bretaña está por debajo del 2% y no representa (según los parámetros de Bruselas y la ideología subyacente) una amenaza. Aún de acuerdo con lo comunicado por la OCDE, los precios al consumidor en el área OCDE aumentaron 1,9% ia en julio (+1,8% en junio), impulsados por los componentes de energía (+4,5% interanual) y alimentos (+2,2%).