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La Rumanía del nuevo premier: PIB (+4,4%) y competitividad al alza, pero ojo con la deuda

Si la demanda interna impulsa el crecimiento del país, el déficit público aumentará hasta el 3,0% en 2016 y el 3,3% en 2017, con el consiguiente aumento de la deuda pública hasta el 40% del PIB. El fortalecimiento de los fundamentos económicos sigue siendo positivo Rumanía encuentra al nuevo primer ministro Grindeanu, de cuarenta años

La Rumanía del nuevo premier: PIB (+4,4%) y competitividad al alza, pero ojo con la deuda
Después de experimentar una de las recesiones más fuertes en el sudeste de Europa, con una contracción del PIB de -7,1% en 2009 y -0,8% en 2010, las exportaciones y la economía rumana han recuperado impulso, creciendo un 3,5% en 2013. El país , que tras arriesgarse a una crisis institucional, tiene ahora como nuevo presidente al cuarentón Grindeanu, ha entrado así en una fase cíclica favorable que se prolongó en los dos años siguientes, fortalecida por la demanda interna de consumo privado e inversión. El aumento del salario mínimo público, el bajo precio de la energía, la reducción del IVA en alimentos han apoyado la confianza del consumidor y la demanda de los hogaresy, mientras que la disponibilidad de fondos europeos (30 millones de euros asignados para el periodo 2014-20) y tipos de interés en mínimos históricos han favorecido las inversiones.

En 2015, el PIB de Rumanía creció un 3,8 % con una contribución del consumo privado de 5,6 pp y de las inversiones de 1,8 pp. En cambio, la contribución de las exportaciones netas fue negativa (-5,0pp) debido al crecimiento de las importaciones; el gasto público no contribuyó al crecimiento del PIB. En el primer trimestre de 2016, el PIB creció 4,3% y luego se aceleró a 5,9% en el trimestre siguiente con un buen desempeño de la producción manufacturera, un 2,5% más. Al mismo tiempo, las exportaciones también mantuvieron un importante ritmo de crecimiento: 5,3% en términos nominales. Aquí entonces está el Centro de Estudios e Investigaciones Intesa Sanpaolo proporciona uno crecimiento del 4,4% para todo el año, donde la demanda interna impulsa la evolución del PIB, con la contribución también del gasto público (se espera que el déficit público aumente hasta el 3,0% del PIB).

En junio de 2015, la inflación pasó a ser negativa (-1,6 %) tras la reducción del tipo del IVA de los productos alimenticios del 24 % al 9 %. Considerándolo todo, Los analistas esperan que la inflación vuelva a mantenerse negativa a finales de este año (-1,6% de media), antes de volver a territorio positivo en 2017 por los aumentos salariales, el esperado fortalecimiento progresivo de la demanda y los precios de la energía al alza por la recuperación reciente de los precios del petróleo, que subió a 52 dólares el barril y se prevé que alcance los 60 dólares en 2018.

El déficit presupuestario, equivalente al 6,3 % del PIB en 2010, disminuyó gradualmente hasta el 1,5 % en 2015. Gracias a políticas fiscales prudentes, en parte en el marco del programa de asistencia del Acuerdo Stand-by del FMI, el país ha mejorado significativamente el desequilibrio presupuestario. El año pasado el déficit público fue incluso mejor de lo previsto gracias al buen crecimiento económico superior a lo esperado: ahora, sin embargo, las perspectivas de las finanzas públicas se deterioran según el propio FMI, que prevé un el déficit aumentó al 3,0% en 2016 y al 3,3% en 2017, lo que se tradujo en un aumento de la deuda pública al 40% del PIB debido a la reducción de los ingresos fiscales. A medio-largo plazo, si el déficit público se mantuviera en el 3,3%, la deuda pública subiría hasta el 55% desde el actual 39,6% del PIB.

En 2012, el déficit corriente fue del 4,8% del PIB, por debajo del 5,0% de años anteriores, pero todavía bastante alto; a partir de 2013, gracias en parte a la corrección del déficit público, el déficit corriente comenzó a disminuir. En 2015, el déficit de la cuenta externa ascendió al 1,1% del PIB, mientras que la cuenta corriente se encontraba en territorio negativo por el comercio de bienes y servicios y también por el déficit de la cuenta de ingresos. El FMI prevé que el déficit corriente vuelva a aumentar el próximo año (-2,5%) por el fortalecimiento de la demanda interna y consecuentemente de las importaciones. Y con un déficit corriente estable en el 2,5%, a medio-largo plazo la deuda externa podría no obstante situarse en el 50% del PIB, por debajo del valor actual en torno al 60%. en perspectiva, Se espera que el déficit aumente debido al crecimiento esperado de las importaciones, sin embargo, mantenerse por debajo del 2,5% permitiría mantener la sostenibilidad de mediano y largo plazo de la deuda externa..

En este escenario, las perspectivas de un fortalecimiento de los fundamentos económicos de Rumanía a largo plazo siguen siendo positivas, acompañado de la implementación de las reformas necesarias para incrementar la competitividad del país. La estructura actual del sistema institucional ha mejorado en general en los últimos años: sobre la base de la Índice de Competitividad Global calculado por el Foro Económico Mundial, entre 2007 y 2016 Rumanía pasó de una puntuación de 3,97 a 4,3 en una escala que va de 0 (menos competitivo) a 7 (más competitivo). Aquí entonces está eso la competitividad del país ha aumentado gracias sobre todo al sistema educativo, mientras que la competitividad de las infraestructuras y del sistema judicial sigue pareciendo débil. El mayor elemento de vulnerabilidad económica de Rumanía está representado por la deuda externa, equivalente a alrededor del 60 % del PIB.; sin embargo, la corrección parcial del déficit corriente implementada desde 2013, aunque se espera que disminuya en los próximos años, podría permitir una estabilización de la deuda externa cercana al 50%, siempre que el déficit corriente se mantenga por debajo del 2,5% en el mediano/largo plazo . Las agencias Fitch y S&P otorgan al país una calificación de BBB- ante los contenidos del déficit y la deuda pública, que sin embargo siguen siendo objeto de atención por los riesgos de su aumento excesivo en caso de que la política fiscal acentúe su orientación procíclica. Baa3 es el juicio expresado por Moody's.

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